Acuse de recibo
Se acumulan las respuestas a las demandas aquí vertidas. Enhorabuena, aun cuando reflejan niveles muy diferentes de esclarecimiento. Y como se agolpan unas a otras, se atrasa su publicación. Por eso, de vez en cuando tengo que recurrir a la miscelánea y no puedo reseñarlas y analizarlas como quisiera. Hoy es un día de esos.
Pedro Arturo Soriano, director general de la Empresa de Gas Licuado en la capital, responde a la queja del cliente Juan Iglesias, de San Francisco 665, Lawton, en el municipio de 10 de Octubre, aparecida aquí el pasado 27 de marzo.
Entonces, Juan criticaba el hecho de que el punto de venta de gas licuado de Eduardo Lores, entre 15 y 16, en Lawton, desde diciembre de 2006 ajustó su horario de atención al público a tres días a la semana: martes, jueves y sábado. Ello, señalaba, complica la adquisición del combustible.
Aclara Soriano que el de Eduardo Lores es un subpunto de venta, cuyo horario, señalizado claramente, fue aprobado por el Consejo de la Administración Municipal en correspondencia con el número de clientes y las ventas, que frisan apenas los cien cilindros en un día de servicio.
Precisa que el suministro ha sido estable y no ha habido quejas con el horario en el Consejo de la Administración Municipal. Y especifica que cuando el ciclo de un cliente culmina en un día no laborable, se le anticipa para el día anterior. Todo ello se le explicó al demandante, quien se manifestó satisfecho con la respuesta.
José E. Hernández, director de Salud Pública en la provincia de Matanzas, responde a la inquietud del joven ingeniero industrial Yiki Rodríguez, residente en Colón, y quien se encuentra realizando su servicio social en el hospital Mario Muñoz de esa localidad.
El pasado 28 de abril reflejé en detalle la insatisfacción del egresado de la universidad yumurina con respecto a su ubicación laboral allí para su adiestramiento. Y el director de Salud en Matanzas fundamenta la necesidad de ingenieros industriales en los hospitales, como parte de la búsqueda de la excelencia en la optimización de los procesos organizativos y la calidad, en la integración de dirección, recursos humanos, financieros, equipamientos, materiales energéticos y de información en la gestión de esas unidades. En síntesis, al arribante se le ha dado la atención necesaria y se le hizo su plan de adiestramiento.
En la entrevista realizada, Yiki reconoció que no se violó ningún procedimiento, pero manifestó «que lo que realmente quiere es su liberación del hospital y si fuera mejor, la liberación de Salud Pública», según consta en acta firmada.
Hernández sostiene que la Dirección Provincial de Trabajo investigó el caso y avaló el correcto proceder con el recién egresado. La cuestión radica en un problema de entendimiento del joven sobre la importancia de su papel como organizador de las interrelaciones y como conductor de un proceso de cambio, puntualiza.
En carta también enviada por la Dirección Provincial de Trabajo de Matanzas, se reafirma la claridad con que se ha obrado con Yiki, quien deberá cumplir allí su Servicio Social, un deber insoslayable; aun cuando tenga otros proyectos y preferencias para el futuro.
La tercera carta, bastante tardía, la envía la doctora María Antonia Izquierdo, vicedirectora de Medicamentos en Villa Clara, para aclarar la inquietud de Normando Hernández, residente en la ciudad de Santa Clara.
El pasado 16 de diciembre de 2006, Normando narraba aquí sus dificultades para adquirir, por el tarjetón correspondiente, el Enalapril: Inaccesible.
Y la doctora María Antonia refiere que el Enalapril se introdujo en la comercialización de fármacos controlados por tarjeta, en el primer trimestre de 2006, lo cual provocó el cambio de prescripción para muchos pacientes, que debían sustituir el Captopril por aquel.
Al producirse el tránsito, aumentó la demanda, señala, lo cual originó la baja cobertura en su abastecimiento, y su inestabilidad temporal. Desde enero de 2007, asegura, el fármaco se suministró a la red de farmacias, lo cual debe dar respuesta satisfactoria a los consumidores del mismo.