Acuse de recibo
Hoy retomo las respuestas que enviara a esta columna Enrique Gómez Cabezas, director nacional del Programa de Trabajadores Sociales, a diversas dudas ciudadanas acerca del cambio de los equipos electrodomésticos como parte de la Revolución Energética que experimenta el país.
En cuanto a la inquietud de Santiago Suárez, un jubilado de 90 años de la ciudad de Matanzas, a quien se le rompió su viejo refrigerador luego de que le hicieran el censo previo para el cambio:
Aclara Enrique que se visitó al anciano, y pudo constatarse que quien había escrito la carta a JR era su hija. Aún así, precisa el jefe nacional de los trabajadores sociales que «los problemas económicos del país no han permitido en estos años reponer a cientos de familias los refrigeradores que se les han roto».
Y argumenta que «los programas de la Revolución Energética surgen en el contexto de una crisis de apagones en el país, y un incremento alto de los precios de los combustibles que podían asfixiar a nuestra economía. La estrategia de la Revolución fue la de impulsar con absoluta decisión, programas de ahorro y uso racional de la energía que, según los cálculos, podían generar en ahorro las finanzas necesarias para asumir el pago de las inversiones realizadas».
Es por ello, abunda, que se sustituyen equipos altamente consumidores por los nuevos y eficientes. Así, el pago de estos últimos sale del ahorro de energía que se produce con la renovación. Y los ahorros que se obtengan por ese concepto contribuirán a que la economía cubana pueda dar respuesta a necesidades de los ciudadanos como la planteada en ese caso matancero, concluye.
Sobre lo señalado por Maykel Morales, residente en Cantel, municipio matancero de Cárdenas, en cuanto a irregularidades organizativas que se dieron en la sustitución de los refrigeradores en su entidad, precisa Gómez Cabezas que, aunque el primero de abril llegaron los equipos al Consejo Popular, la distribución no pudo realizarse de inmediato al detectarse, en la visita previa realizada por los trabajadores sociales, «que había en los listados omisiones de familias a las que se les debía hacer el cambio del refrigerador a partir de la información del censo de equipos electrodomésticos. En esta situación llevan su responsabilidad los trabajadores sociales».
Consigna que «estar listos para la distribución de los equipos, no depende solo de la disponibilidad de los refrigeradores. Cuando hay problemas o dudas con la información que servirá de guía para el proceso de distribución, es obligado volver a las planillas del censo realizado en las viviendas, como fuente de información primaria que se ha conservado y protegido a nivel de cada municipio».
Recalca que en encuentro con representantes de las organizaciones de la comunidad se comprobó que tenían conocimiento y apoyaron las decisiones que se tomaron para la mejor organización de la tarea. En ningún momento se informó que los equipos serían repartidos al otro día. Y Maykel no pudo precisar quién le informó lo contrario.
Tampoco se le orientó a los pobladores que dejaran de trabajar, puntualiza, pues la circunscripción tiene organizado un sistema de localización de los vecinos en sus centros de trabajo, ya probado en otras etapas de ese programa.
Agradezco sobremanera a Enrique Gómez Cabezas la prolija respuesta que diera a tales inquietudes. Y en el segundo caso, con más razón nos alerta de que es imprescindible el trabajo eficiente y preciso de los trabajadores sociales, en las labores informativas y censales previas a la repartición. Porque, como muestra la historia, cualquier omisión o imprecisión, como ha sucedido más de una vez, desencadena paros y dilaciones en una tarea tan masiva y delicada a la vez.
Y reitero lo reflejado el pasado domingo: El programa de Trabajadores Sociales atiende las 24 horas los planteamientos y dudas de la población por los teléfonos comprendidos entre el 7926164 y el 7926169; o por el correo electrónico: cin@ts.jovenclub.cu. También por la dirección postal: Dirección Nacional del Programa de Trabajadores Sociales, escuela de Trabajadores Sociales, Villa Panamericana, Ciudad de La Habana.