Acuse de recibo
La calamitosa situación de escasez de agua en la comunidad rural El Mango, en el municipio granmense de Cauto Cristo, fue reflejada en esta sección el pasado 14 de marzo, mediante la carta de Rafael del Pino, residente en esa localidad.
Entonces, Rafael cuestionaba el hecho de que teniendo ese territorio la presa Cauto del Paso, sus 900 pobladores apenas reciben agua tres o cuatro veces al año. La situación es tan crítica que los afectados recurren al agua estancada de lagunas, pues la del subsuelo es salada.
Recalcaba el lector que ya hace más de dos años se está construyendo una planta potabilizadora en Guamo, a 11 kilómetros de allí, la cual debe resolver el problema. «Pero las personas no beben planta en ejecución», concluía.
Ahora responde Gerardo Pérez Álvarez, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de la provincia de Granma, quien aclara que la comunidad El Mango no posee sistema de acueducto, y apenas se abastece de agua por ahora mediante pipas tiradas por tractor.
En tal sentido, reconoce como una deficiencia el no haber solucionado con agilidad el problema del tractor, por lo cual se agravó el ciclo de distribución. Se está trabajando en la solución de las gomas, precisa, y mientras tanto apoyan el tiro por otros medios.
Manifiesta que Río Cauto es un municipio que requiere de una solución integral en el abasto de agua, pues la que posee en su subsuelo no es potable; por lo cual debe conducirse la misma por vía ferroviaria y barco, y luego en pipas y carretas, hasta las comunidades.
Para solucionar tal dificultad, refiere, se acomete un proceso inversionista, que incluye la potabilizadora de Grito de Yara, que procesa las aguas de la presa Cauto del Paso y beneficia a varias comunidades. En el caso de la zona correspondiente a El Mango, informa, será beneficiada por la planta potabilizadora de Guamo, la cual también tomará agua de Cauto del Paso para beneficiar a 26 comunidades, entre ellas El Mango.
Señala el director que esta obra se encuentra en ejecución, y solo está terminada parcialmente y prestando servicio a Guamo. Se espera la llegada al país de parte de las piezas y conexiones para la instalación de las tuberías, y el completamiento de la conductora principal. Es una obra aprobada en plan y valorada en más de un millón 200 mil pesos en las dos monedas.
Actualmente, agrega, se están recibiendo algunos recursos para decidir el reinicio de los trabajos. Y gradualmente puede irse dando solución a cada una de las comunidades. Lo principal, la fuente de abasto y la planta, están en explotación, expresa.
No obstante, mientras esos objetivos se concreten, asegura el director que seguirán de cerca el abasto por las vías que hoy tienen. Y evitarán que se produzcan alteraciones del ciclo «por problemas subjetivos».
La segunda carta la envía Isel Martínez Clavel, vecina del edificio T-64, apartamento 8, en Micro 8, Distrito José Martí, de la ciudad de Santiago de Cuba.
Refiere la lectora que las personas que como ella viven en ese apartado distrito y laboran en el centro de la ciudad, tienen que recurrir a las camionetas particulares de alquiler para trasladarse, ante la situación tan crítica del transporte urbano.
Y «alguna autoridad, por razones que desconocemos, decidió limitar los viajes de las camionetas particulares. De manera que en la actualidad los choferes dan, como norma, solo ocho viajes diarios: cuatro por la mañana y cuatro por la tarde. Así, la situación del transporte, que ya era tensa, ahora es insoportable, pues se disminuyen los viajes de las camionetas, pero no se aumentan los de guaguas u otro transporte estatal».
Isel manifiesta que quizá pueda haber alguna razón muy lógica para tomar esa decisión en momentos en que cada vez más se exige en el país por la disciplina laboral, pero los habitantes de Santiago de Cuba no la conocen. Y concluye señalando que «por encima de cualquier lógica, está la necesidad de contribuir a mejorar las condiciones en que los trabajadores se enfrentan a los problemas».