Acuse de recibo
Hoy traigo dos respuestas, y no me congratulo ni mucho menos cuando llegan soluciones después de la revelación aquí de las cartas con las denuncias. Siempre tiendo a pensar que la atención al problema hubiera sido más ejemplarizante si hubiera brotado antes allí, sin que mediara ninguna publicación.
El pasado 14 de septiembre, se reflejó aquí la queja del lector Gerardo Téllez, sobre un asunto desatendido en Niquero, provincia de Granma. Gerardo, vecino de Libertad número 4, en esa localidad, narraba que en ese barrio había un alcantarillado que, a unos 40 metros de desembocar en el mar, se encontraba obstruido porque los registros no tenían tapa y todo caía ahí, ocasionando desbordamientos.
Apuntaba también el lector que la situación era conocida en el territorio: desde el delegado, pasando por Higiene y Epidemiología, hasta Acueducto y Alcantarillado. Pero no se resolvía.
Ahora responde el ingeniero Gerardo Pérez Álvarez, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Granma que, luego de la publicación, se constituyó una comisión para visitar la zona y precisar las acciones.
En cuanto a la obstrucción de la conductora, aclara que por el atracadero de barcos que hay en la orilla, la velocidad de las propelas hace que piedras, arena y todo tipo de objetos y basura se vayan acumulando en el interior de la conductora.
Y para enfrentar esto, precisa, se limpiaron los registros de todos los objetos extraños que contenían y se trabajó en el mantenimiento de la conductora principal, al tiempo que se construyeron dos nuevos registros y se fundieron tres tapas. Al momento de enviar la misiva, la brigada de mantenimiento municipal se encontraba laborando a tiempo completo allí y debía culminar sus trabajos para el 25 de octubre. Suponemos que ya hayan cumplido con lo que, evidentemente, podían haber realizado mucho antes.
Otro caso evitable si hubiera mediado al menos una información convincente: la denuncia de Juan Figueredo Ramos, aparecida aquí el pasado primero de octubre, acerca del peloteo que sufrió.
Cuando Juan me escribió hacía más de tres meses que no funcionaba el servicio de Expreso por ferrocarril desde Santa Clara a Santiago de Cuba. Él intentó averiguar la razón, y en Santa Clara le decían que el Expreso no tenía casilla para Santiago, pues el tren que une a ambas ciudades nace en la oriental urbe y dicha tripulación es la que debe traer la misma. Pero, de visita en Santiago, Juan visitó las oficinas del Expreso para preguntar y allí le dijeron que eso era problema de Santa Clara.
Al respecto responde José Ramón Chaviano García, director de la UEBP de Servicios Generales de la Unión de Ferrocarriles de Cuba en Villa Clara, quien aclara que, a partir de la publicación de la queja, se le dio personalmente al reclamante una amplia explicación de lo que había sucedido: el servicio de Expreso entre Santa Clara y Santiago de Cuba se vio afectado en ese período porque el tren que cubre esa ruta no circuló.
Algo tan sencillo y claro, ¿por qué no se le dijo entonces? «Respuesta es respeto», dije entonces, y lo reafirmo hoy con más razón.
Igualmente, espera que esclarezcan su inquietud Zaida Reyna Suárez, profesora de la Universidad de Granma, y vecina de calle 7 número 280, entre 8 y Francisco Vicente Aguilera, Ojeda, en la ciudad de Bayamo.
Zayda habla en nombre de otras trabajadoras de la Educación Superior con hijos que sufren su misma situación: no son priorizadas en el otorgamiento de plazas para círculos infantiles como las trabajadoras del Ministerio de Educación.
«Y la Universidad de Granma está a 18 kilómetros de la ciudad... y ello supone, dice, una mayor cantidad de horas fuera del cuidado de nuestros hijos. Nosotras, las madres que tenemos hijos pequeños, vivimos una incertidumbre en ese sentido.
«En ocasiones, refiere, nuestros hijos llegan a la secundaria básica y nunca se les otorgó ni el círculo infantil ni el seminternado. Y yo me pregunto por qué no somos priorizadas si pertenecemos al sector de Educación por igual. ¿Qué nos hace diferentes?».