Acuse de recibo
El 11 de marzo de 2006 esta columna reflejó la queja de Pedro Castro Lescay, residente en el famoso solar La California, sito en Crespo 78, en Centro Habana, quien denunciaba ciertas irregularidades sufridas por él y por otros vecinos de esa ciudadela, como consecuencia del proceder de la Dirección Municipal de Vivienda en ese territorio.
Entonces Castro Lescay relataba que La California fue reparada entre 1997 y 1999. Cuando concluyeron las obras y retornaron los inquilinos, Vivienda recogió los documentos que acreditan sus propiedades, para actualizarlas, y también para transformar su situación de usufructuarios gratuitos en arrendatarios.
Pero transcurrieron más de seis años y aún no tenían las propiedades. No habían podido realizar trámite alguno por no tener los documentos requeridos, y vivir en un estado prácticamente de ilegalidad, ajeno a su voluntad. Increíble, pero cierto.
Ahora arriba la respuesta institucional, luego de seis meses: todo un récord de demora. Pero como este redactor siempre ha creído aquello de que mejor tarde que nunca, reseño la carta de Julián de la Paz Landa Blanco, quien funge como director provisional de Vivienda en Centro Habana. Y lo de «provisional» lo explica el mismo remitente:
«Un número de deficiencias de nuestra Dirección Municipal, conllevó a que existieran problemas de documentación en varios núcleos familiares. Debido a lo expuesto, la Dirección Provincial de Vivienda de Ciudad de La Habana se vio obligada a tomar un grupo de medidas disciplinarias con funcionarios responsabilizados con esta tarea y otras, que conllevaron la sustitución de varios miembros del Consejo de Dirección y la intervención de dicha dirección con un subdirector de la provincia, que se encuentra dirigiendo allí de manera provisional.
«A partir de ese momento —agrega— comenzó un levantamiento núcleo por núcleo de ese lugar, con el objetivo de actualizar toda la documentación de los mismos, y proceder a su legalización en el menor plazo de tiempo posible, ya que se trata de una ciudadela cuyas habitaciones se convirtieron en viviendas adecuadas. Por lo que resulta imprescindible la realización de dicho trámite».
Julián de la Paz patentizó las disculpas de esa institución por las molestias que han sufrido esas personas, quienes ya tendrán sus papeles en regla.
La segunda carta la envía Edward Jardines, de Libertad 913, El Muelle, Frank País, Holguín: él compró recientemente una goma de bicicleta 26 por 210, al precio de 4,15 CUC, en un quiosco de TRD Caribe en su localidad. Y a los 15 días se rajó el neumático, que estaba podrido.
Edward reclamó en la unidad comercial y le dijeron que ese artículo solo tenía una semana de garantía. Con razón, él se pregunta por qué engañan a los compradores con un producto de pésima calidad. Tuvo que pagar una suma exorbitante para un trabajador. Y de contra, una semana de garantía. Y se pregunta más. Se cuestiona algo señalado otras veces en esta columna: ¿Por qué se venden en la red de divisas tantos artículos de tan baja calidad?