Acuse de recibo
De gestiones ya viene de regreso el colectivo del Taller de Mantenimiento a Servicentros y Poncheras de San Antonio de los Baños, en la provincia de La Habana.
Me escribe Jesús Villarreal Cordovés, secretario general de la sección sindical de ese centro, para relatar los problemas que vienen sufriendo los trabajadores y han planteado a distintas instancias, sin que hayan encontrado atención.
Villarreal, quien reside en avenida 39 número 7009, entre 70 y 72, en esa hermosa localidad junto al río Ariguanabo, refiere que el pasado 26 de junio se reunieron con el Sindicato provincial de Transporte para plantearle una serie de inquietudes.
Entre ellas, destaca el hecho de que la empresa no da las facilidades y los materiales para poder cumplir los planes de trabajo, y son los propios trabajadores quienes deben resolverlos por sus medios, «la mayoría de las veces de forma ilegal».
Agrega que no hay atención al trabajador, pues «los medios de protección los entregan para las inspecciones y los recogen una vez terminadas»; y se realizan trabajos que luego esa entidad no se ocupa de cobrar.
También se rebajó el por ciento que se pagaba por condiciones laborales anormales, pero sin una consulta previa con el sindicato; y ese colectivo ni siquiera tiene un servicio sanitario donde hacer sus necesidades fisiológicas.
Solicitaron la discusión de esos asuntos con la dirección de la empresa, y citaron a todos los trabajadores para el 17 de junio, pero tal encuentro se suspendió. Ellos han hablado en más de una ocasión con la Secretaria general de la CTC en el municipio, y no se le ha podido dar solución al caso, aunque reconocen que la compañera sí se ha sensibilizado con el asunto y ha mostrado preocupación.
Ya agotadas, según Villarreal, las vías de canalización, tanto administrativas como sindicales, acude a esta columna para alertar sobre tan preocupante situación, y clamar por que se esclarezcan tantas irregularidades que están dañando el ambiente laboral de ese centro.
La segunda carta la envía Pedro Luis Hernández, de calle 13 número 5412, entre 54 y 56, Jagüey Grande, provincia de Matanzas. Y es para señalar la triste suerte del complejo de canchas de pelota vasca de ese sureño territorio yumurino.
Refiere Pedro Luis que en noviembre de 2001, dicha instalación fue afectada por el huracán Michelle, y en febrero de 2002 fue reconstruida, pero con muy mala calidad. Atletas y aficionados a ese deporte, con materiales que el INDER en el territorio facilitó, aunaron esfuerzos y concluyeron de reparar el complejo en mayo de 2005.
En julio de ese mismo año irrumpió el huracán Dennis y dejó apenas una pared. Después de la recuperación del territorio en lo más urgente, se han ofrecido a las autoridades municipales para «resucitar» el centro, pero hasta el momento no han tenido respuesta. Y no quieren dejar morir la pelota vasca, que ya tiene una tradición en Jagüey, al punto de aportar atletas a la preselección nacional de ese deporte.