Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un niño fue el primer vacunado de la historia

Los orígenes de la vacunación tuvieron interesantes caminos. Cuando el rey de España Carlos IV envió a Cuba un médico para introducir aquí la vacuna, ya el doctor Tomás Romay la aplicaba

Autor:

Luis Hernández Serrano

En estos tiempos de la pandemia coronavírica, se habla bastante de la necesidad de una vacuna efectiva para prevenirla, pero no se comenta la curiosa historia de la primera vacunación humana.

El médico británico Edward Jennner le pidió en carta al emperador de Francia que liberara a un prisionero inglés, y Napoleón —tratándose de tan importante científico el solicitante— ordenó liberarlo inmediatamente.

El doctor Jenner había descubierto algo trascendental. Un hecho simple alumbró su mente en 1770, cuando una muchacha que acudió a verlo le comentó: «doctor, estoy protegida contra la viruela, porque aún la estoy sufriendo. La adquirí en las llagas aparecidas en las ubres de las vacas, y  le llaman por eso “la vacuna”».

¡Jenner se quedó pasmado! En esa época, solo en Londres, la viruela causaba centenares de muertes cada semana. Algún tiempo después una joven ordeñadora de vacas que había contraído también la enfermedad le llevó a su pequeño niño. Jenner le hizo dos incisiones supericiales en un brazo al muchachito, y le puso en ellas parte del líquido de las pústulas de la madre, que todavía supuraban.

La piel del niño en las incisiones se enrojeció, se hinchó ligeramente, y se formó una llaga. A la semana se quejó de dolor en los ganglios axilares, pero estaba bien. Tuvo fiebre y escalofrío al noveno día, perdió el apetito, se sintió indispuesto, durmió mal, pero a las 24 horas mejoró. Con los días ya no presentaba ningún síntoma infeccioso, porque la enfermedad animal lo había inmunizado contra la viruela. ¡El niño se convirtió en la primera persona del mundo que se vacunaba!

El elemento inmunizador recibió el nombre genérico de la enfermedad que dio lugar a  él: la vacuna. Y así se denominó también el acto preventivo: vacunación. Desde esta forma se abrió uno de los capítulos más brillantes de la historia de la medicina mundial. Y en 1798 Edward Jenner dio a conocer públicamente sus experimentos, en un trabajo científico de 60 páginas.

Practicó la vacunación de persona a persona. Más tarde otros médicos perfeccionaron el proceder preventivo, inventaron métodos de conservación de la vacuna, y a viruela dejó de ser un azote de la humanidad. A Jenner lo sorprendió la muerte el 26 de enero de 1823.

Y cuando el rey de España Carlos IV envió a Cuba un médico para introducir aquí la vacuna, ya el doctor Tomás Romay la aplicaba. Sépase, incluso, que ante la negativa de muchos a ser vacunados, Romay inoculó a dos de sus hijos el pus tomado de las viruelas de un niño enfermo, gesto insólito que dio el ejemplo y permitió parar en seco aquella enorme epidemia.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.