Llegar al planeta más cercano del Sol constituye un verdadero desafío para la comunidad científica astronómica. El primer intento de la NASA para acercarse a Mercurio fue a mediados de los años 70 de la centuria anterior, con la misión Mariner 10, que lo sobrevoló y ofreció sus primeras fotografías.
Casi tres décadas después, la nave Messenger, también de la agencia espacial estadounidense, lo sobrevoló en 2008 y 2009, para llegar a orbitarlo luego entre 2011 y 2015.
Hace solo unos días una nueva misión espacial, esta vez integrada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y su homóloga japonesa (JAXA) despegó a bordo del Ariadne 5 y se encamina al planeta más pequeño del Sistema Solar con vistas a llegar en 2025.
BepiColombo es el nombre de la primera misión espacial de ambas entidades científicas, unidas en uno solo objetivo: estudiar el origen y evolución del planeta, su composición, exosfera y magnetosfera, para complementar el realizado por las dos únicas naves que lo han visitado hasta la fecha.
Se convertirá en la tercera nave en explorar Mercurio y será la culminación de la misión más compleja emprendida por la ESA en toda su historia, auguran los científicos.
Para Mauro Casale, astrofísico de la ESA, Mercurio es el planeta de los misterios. Es el más desconocido del Sistema Solar, así que es muy interesante volver allí, tenemos muchas cosas que investigar.
Compuesta por dos sondas distintas: una nave diseñada por la ESA llamada Orbitador Planetario de Mercurio y otra por la JAXA denominada Orbitador Magnetosférico, ambas volarán ensambladas a un segmento de la nave que funcionará como impulsor, el Módulo de Transferencia a Mercurio. Este va equipado con unos paneles solares que tienen una envergadura de 30 metros y con un sistema de propulsión.
El viaje
La nave lleva el nombre del matemático Giuseppe (Bepi) Colombo (1924-1984), quien propuso aprovechar la gravedad de Venus para llegar hasta Mercurio.
Para los científicos, este viaje será una verdadera odisea. El principal problema es que la nave debe desplazarse a la misma velocidad que este planeta y evitar ser acelerada por la inmensa masa del Sol. De esta manera tendrá que tomar una ruta más indirecta, apoyarse en la gravedad de otros cuerpos celestes y recorrer 9 000 millones de kilómetros. En total, su travesía durará más de siete años y dos meses.
La BepiColombo sobrevolará la Tierra una vez, Venus en dos ocasiones y Mercurio en seis antes de entrar en la órbita de este último, el 5 de diciembre de 2025. Aprovechará estos encuentros con los planetas para tomar algunas medidas de su vecino más cercano y para calibrar los instrumentos, pero fundamentalmente por necesidades de la órbita.
Ya en marzo de 2026 comenzarán las operaciones científicas por un tiempo estimado de dos años. Después de eso, la degradación de los instrumentos a causa del viento solar hará imposible continuar con los trabajos.
La órbita de la BepiColombo decaerá de forma natural y perderá su altitud. La sonda japonesa tardará unos tres años en estrellarse contra Mercurio. El componente europeo lo hará en seis años.
(Tomado del Semanario Orbe)