Perseverante en la búsqueda de Cleopatra y Marco Antonio, la dominicana Kathleen Martínez apuesta hoy por involucrar en su proyecto a jóvenes latinoamericanos y caribeños, a partir de la creación de una escuela de arqueología.
Martínez, inmersa desde hace más de cinco años en el desafiante y arriesgado empeño de localizar el sepulcro de la bella reina egipcia y su marido romano, reveló a Prensa Latina su pretensión de fundar una institución para formar arqueólogos.
Durante su estancia en La Habana, donde impartió una conferencia titulada La búsqueda de Cleopatra, una teoría revolucionaria y otra sobre Hallazgos hechos en Egipto, la especialista abogó por romper el monopolio del llamado Primer Mundo en ese terreno.
«La idea es formar arqueólogos del mundo entero, pero darle prioridad a Latinoamérica, porque pienso que la arqueología estaba reservada solamente para los países desarrollados de Europa, Estados Unidos», comentó la abogada en exclusiva para esta agencia.
Al respecto, aclaró que «primero, las ideas no tienen nacionalidad, y segundo, que todos los países tienen algo que aportar a la egiptología, y quiero trabajar en ese sentido».
Como parte de su proyecto Martínez contempla desarrollar el referido plantel dentro de la búsqueda de Cleopatra en el templo de Taposiris Magna, en las colinas de Abusir, al oeste de la ciudad de Alejandría, para que puedan continuar con esa iniciativa.
«Por eso Latinoamérica y el Caribe son tan importante para desarrollar mi proyecto», agregó la investigadora, quien mostró disposición a formar cubanos y vincularlos a la minuciosa labor de escudriñar las entrañas del templo del reinado de Ptolomeo II (282 a 246 a.n.e.).
Martínez viajó a Cuba junto con el embajador de Ciencia y Tecnología de la República Dominicana, José Santana, como parte de una fluida colaboración entre instituciones y personalidades de las dos naciones caribeñas.
«Me sorprendió que los cubanos conocían ya del proyecto», apuntó al valorar que la arqueología aquí está «en fase de desarrollo», pero coincidió con Santana en elogiar el elevado nivel de capacitación de los cubanos, pese a ciertas limitaciones materiales.
Afirmó que se llevó «muy buena impresión» y reconoció que hay especialidades de la arqueología que pudiera utilizarlas en los proyectos porque -recalcó- «el profesional cubano está muy preparado».
«Eso nosotros lo conocemos, lo respetamos y, por eso, queremos involucrarlos de alguna manera en los proyectos arqueológicos», acotó.
«Tengo interés de formar esa escuela para que todos los países latinos aporten talento y condiciones, que los jóvenes sean entrenados por nosotros allí, por los egipcios y por mí», indicó.
Según la especialista, la excavación permitió hallazgos en el cementerio aledaño a Taposiris Magna y podría tomar 20 años limpiarlo, tiempo suficiente para entrenar a muchos jóvenes, especializarlos y que puedan continuar con ese trabajo en Abusir.
La pasada temporada (abril y mayo) limpió 35 metros de túneles a una profundidad de siete metros (en cinco años habían despejado apenas 30 metros), y tras desafiar mitos de trabajadores beduinos, quedó a las puertas de una gran cámara que escarbará próximamente.
Agraciada con una belleza y una agudeza intelectual tan indiscutibles como su convicción de que localizará a Cleopatra, Kathleen Martínez se reafirma en su teoría decidida a sortear cuantos imprevistos amenacen ese empeño.
«Si por cualquier circunstancia de la vida yo no puedo llegar a la tumba de Cleopatra y Marco Antonio, por la situación política, porque yo no pueda físicamente o por cualquier situación, estoy convencida de que algún día, algún arqueólogo, va a encontrarla en Taposiris Magna», sentenció.