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¿Se usa o se abusa de la cirugía plástica?

El Botox (toxina botulínica tipo A), implantes, láser o la blefaroplastia, para el descolgamiento de la piel, son algunos de los métodos creados para aquellas personas inconformes con lo que su cuerpo proyecta

Autor:

Redacción Digital

El mercado de las cirugías plásticas se ha convertido en uno de los más productivos de la época, sus efectos se hacen cada vez más evidentes. En el metro, en el cine, en el mercado, en el trabajo, ver una mujer con implantes mamarios, dejó de ser una novedad.

De hecho, estadísticas de la Sociedad de Cirugía Plástica en Estados Unidos refieren que el pasado año de 2009 se realizaron, sólo en ese país norteamericano, unas 350 mil operaciones de mamoplastia (implantes de mama), un promedio de 958 diarias.

Ahora, la situación con este «producto» no permite que los usuarios puedan mantener su apariencia original o exigir la devolución del dinero. El cirujano plástico japonés Tony Young, en una entrevista transmitida por un medio internacional,  manifestó que «cuando un paciente me dice, quiero verme igual a como estaba antes de la operación, es cuando yo le digo, no puedo dejarte exactamente igual».

Young también admitió que las intervenciones quirúrgicas en busca de la estética «es un negocio que gana miles y millones de dólares».

El cirujano pediatra y médico puericultor venezolano, Bernardino Marvéz Hernández, en entrevista ofrecida al sitio web de teleSUR, explicó que toda «cirugía quirúrgica es una agresión en el buen sentido de la palabra».

«Cuando se va a corregir algo que es necesario, bueno eso es un mal necesario, pero no deja de ser una agresión. Aunque se busca una restitución al íntegro de la anatomía para que a la vez haya el mejor funcionamiento posible, siempre quedan lesiones, siempre se lesionan partes que no debieron ser lesionadas y que dejan secuelas», enfatizó el galeno.

«En toda cirugía siempre hay una secuela aunque se busque la perfección y con excelencia y con una gran habilidad y con un gran conocimiento, siempre hay secuelas porque se extiende el peligro, se maltratan  tejidos que son sustituidos por tejidos no elásticos, que son diferentes y aunque a veces son injurias leves, pasajeras, nunca queda nada igual a como fue originalmente cuando no ha sido tocado, y de eso no escapa ni la cirugía reconstructiva ni la cirugía plástica», agregó.

Las mujeres como principal consumidor


En reiteradas ocasiones las mujeres se ven impulsadas a operarse por la insatisfacción que demuestra el entorno, o su ser más allegado, su esposo o pareja, hacia sus cuerpos, incluso existen casos en los que, por complacer un capricho físico, se ha desplazado el valor de la mujer.

La adolescente Leydi Guevara, de 17 años, también en entrevista para el sitio web de teleSUR, expresó sentirse feliz y más aceptada por los hombres desde que agrandó sus senos a través de un cirugía.

«Ellos me miran más, soy el centro de atracción cuando uso escotes y eso me hace sentir feliz. Siento que tomé la mejor decisión de mi vida». Al parecer la mamoplastia le solventó el mal estado emocional que le generaba tener un busto pequeño.

Bien se explica en un artículo publicado en la página web de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos y Reconstructiva que, «mientras que la cirugía plástica puede mejorar una parte de tu cuerpo, es raro que mejora tu vida. Asegúrese de que sus metas son realistas».

En la misma línea se expresó Marvéz: «existen mujeres que tenían un gran físico y una gran inteligencia, verdaderamente armónicos, bien aceptables y admirables, pero convierten su cuerpo en una figura extravagante, que está bien lejos de la estética y de la verdadera belleza, para venderlos en el mercado de la publicidad, y quien se la hace (la cirugía), está bien seguro que está alterando la anatomía y el funcionalismo de un individuo».

Manipulación de la publicidad

El pasado 16 de marzo el Instituto de la Mujer en Madrid solicitó, a través del Observatorio de la Imagen, la retirada de la campaña televisiva de la Corporación Dermoestética, referida al aumento de pecho, por considerar «que incentiva entre las jóvenes este tipo de operaciones y reduce su autoestima a su apariencia física y obvia las posibles repercusiones médicas de la cirugía».

La campaña televisiva consistía en varios testimonios reales de mujeres que contaban por qué decidieron aumentar sus senos y, entre ellos, estaba el de una chica con el complejo de tenerlos «pequeños», quien quería someterse a una operación estética a los 15 años y su madre, aunque no tenía recursos económicos para afrontar el gasto, le prometió que en cuanto los tuviera le ayudaría.

Y es que la publicidad, el consumismo y el mercado no tiene límites. Ahora hasta existe el denominado «turismo de cirugía», compañías de viajes que ofrecen un traslado en el que el beneficiario (a) retornará al lugar de partida con la operación estética que anhele.

Algunas aerolíneas ofrecen el sistema de acumulación de puntos, es decir, mientras más viajes se hagan, más posibilidades se acumularán para optar a una cirugía plástica.

El sueño de la eterna juventud


El sueño de la eterna juventud es una de las debilidades del ser humano que es empleada por la publicidad, el mercado y la cirugía estética para complacer peticiones meramente cosméticas.

Sin embargo, el afán de permanecer siempre joven se desvanece frente a un hecho indetenible como la edad. La cirugía plástica surge como una opción, pero se convierte en una esclavitud.

«Una vez que se haga una primera cirugía, irremediablemente va a ser sometida a muchas más, porque siempre va a no querer tener una arrugas. Siempre va a querer verse como la Mona Lisa (...) y resulta que los estragos del tiempo no perdonan, y entonces esos tejidos van sufriendo trasformaciones que a veces no se pueden recuperar», precisó el médico cirujano Marvéz.

«Los tejidos y la edad son inexorables, y se van transformando. Cada cierto tiempo se hacen más notorias esas transformaciones y esos cambios orgánicos que son normales porque no se escapan de la acción de la edad, de la acción del tiempo», añadió.

En declaraciones al sitio web de teleSUR, Marvéz además sostuvo que «el hombre se hace deformidades en su propio cuerpo, tanto el hombre como la mujer, el ser humano en general, con tal de satisfacer necesidades muy privadas, muy particulares, tal vez por una gran perdida de los verdaderos valores de lo que significa, eso: la estética y la belleza del ser».

Pero una verdad es indiscutible, dijo Marvéz, «la perfección es solamente de la naturaleza y de Dios».

 

Fundamentos de la cirugía plástica

La búsqueda de la perfección y la inconformidad, aspectos eternos e inherentes a la raza humana, se encuentran con herramientas como la cirugía plástica.

¿Por qué se llama cirugía plástica? Si se parte del término plástica, la Real Academia, lo define como «l. Arte de moldear una sustancia blanda, como la arcilla, la cera. ll. Aspecto de una persona o cosa desde el punto de vista de la estética».

La palabra plástico en cirugía plástica proviene del griego plastikos que significa moldear o dar forma. Es una buena manera de describir lo que los cirujanos hacen: «moldear» y «dar forma» al cuerpo humano.

Según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, la cirugía plástica es una especialidad quirúrgica que se ocupa de la corrección de todo proceso congénito, adquirido, tumoral o involutivo, que requiera reparación o reposición, o que afecte a la forma o función corporal. La Cirugía Plástica Reparadora procura reconstruir o mejorar la función y el aspecto físico en las lesiones causadas por accidentes, tumores.

Sin duda, la práctica es un avance del hombre, sin embargo, cuando se pierde el objeto y el fundamento descrito, y el mercado se apodera de la profesión, muchas y muchos suelen ser las víctimas.

«Tengo la experiencia por tantos años de haber visto, damas que comenzaron desde muy temprano a deformarse su cuerpo sin ninguna necesidad y hoy, cuando han llegado a la edad madura, es cuando se deforma de una manera tal, que cae en el terreno de la ridiculez, porque ya no hay forma de hacerle más daño a esos tejidos para lograr algo bien parecido a lo normal y se convierten en personas deformes», señaló el especialista Marvéz.

«En el caso del busto pasa lo mismo, además los grandes riesgos que corren, no son pocos los accidentes mortales que existen por anafilaxis anestésicas es decir, por intolerancia a la anestesia, además de los rechazos a prótesis y una serie de cosas, no son escasos los casos», agregó

El 30 de noviembre de 2009, la reconocida modelo argentina, Solange Magnano, murió luego de haberse sometido a una bioplastía de glúteos.

Los hombres no escapan del mercado. Según un estudio realizado entre septiembre de 1998 y enero de 2005, por un equipo del Centro de Andrología St. Peter, en Londres (Reino Unido), publicado en la revista European Urology, se reveló que debido al bombardeo de correos basura que llegan por e-mail a diario a miles de usuarios, el alargamiento de pene se ha convertido en una de las operaciones más demandadas por varones de todo el mundo. Aunque también se ha demostrado que muchos pacientes no quedaron satisfechos con el resultado después de pasar por el quirófano.

La moda y el cuerpo moldeable

Otra de las debilidades del ser humano de las que hace uso el mercado de la cirugía plástica, es precisamente la necesidad de estar adaptado a la moda y a los estándares de belleza dominantes de la era.

Los senos grandes es la moda en la actualidad. Así como el tener los pies pequeños fue en algún momento del siglo IX y parte del X un patrón a seguir por las mujeres en China y aquellas que los tenían figuraban entre las más hermosas.

 

Datos históricos refieren que los pies que medían 7 centímetros eran «sinónimo de belleza y feminidad, así como una característica erótica para los hombres». Es por ello que las chinas, desde los cuatro años de edad, eran sometidas a un riguroso ritual para alcanzar ese tamaño.

«Se les envolvían los pies con vendas muy apretadas, y se los sumergían en aguas con hierbas para evitar infecciones. Luego, se les quebraban los dedos pequeños, para poder doblarlos con dirección al talón, con un dolor insoportable. Cada dos días se cambiaban las vendas por otras cada vez más apretadas. El resultado luego de 10 años, era pies que casi nunca medían más de 10 centímetros», describe un archivo de la tradición conocida como «pies vendados».

Tal proceso le otorgaba a las mujeres chinas «un caminar muy sensual. Un pie perfecto era: delgado, pequeño, puntiagudo, arqueado, perfumado, suave y simétrico». De acuerdo a los datos históricos recavados en la presente investigación, fue hasta 1911 cuando se dejó la práctica.

En el futuro, como moda al fin y haciendo uso de la imaginación, puede llegar un momento en el que el ser humano «plástico», estará en búsqueda de retornar a ser simplemente humano.

Tomado de Telesurtv.net

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