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Presidente venezolano Nicolás Maduro. Autor: Roberto Suárez Publicado: 15/12/2018 | 12:38 am
La XVI Cumbre del ALBA-TCP concluyó sus sesiones en La Habana con el compromiso ratificado de construir un nuevo orden internacional con respeto a los Estados y a la libre determinación de los pueblos, el renovado empeño por la unidad, y la certificación en la voz del presidente venezolano Nicolás Maduro de la vigencia del conglomerado, al que llamó a prepararse para seguir dando nuevas batallas y conquistando nuevas victorias.
Fue Maduro quien tuvo a su cargo la clausura luego de las profundas reflexiones que constituyeron las intervenciones de los jefes de delegaciones durante la mañana y después de que, ya en la clausura, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla leyera la Declaración Final, precedido por el Himno Nacional cubano y el caluroso y largo aplauso que saludó la llegada al plenario del General de Ejército Raúl Castro, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, para acompañar la ceremonia junto a los representantes de los Estados presentes.
El Presidente venezolano calificó la Cumbre de intensa y elogió que una parte de ella fuera transmitida por Telesur y otras televisoras hermanas, y se pudieran conocer los debates y los temas prioritarios, así como la fuerza que se ve en el ALBA.
«EL Alba está vivito y coleando, está de pie, y ahora es que tiene que dar a los pueblos de América Latina y el Caribe», consideró.
Frente a las agresiones, un modelo económico propio
En concordancia con muchos de los pronunciamientos formulados en el plenario, como el del Presidente cubano Miguel Díaz-Canel y su aseveración de que el ALBA puede seguir haciendo pese a las dificultades de la coyuntura actual internacional, la intervención de Nicolás Maduro fue otro llamado a la acción en medio de lo que llamó las actuales «condiciones adversas».
«Aquí estamos, de pie, listos para seguir batallando», proclamó durante un momento de su discurso.
Anunció Maduro el relanzamiento de la Misión Milagro para llevarla a todos los barrios y campos de América Latina y el Caribe, y reiteró las ideas planteadas durante la mañana acerca de la necesidad de que los países del ALBA-TCP construyan un pensamiento y un modelo económico integrado y propio que lleve a sus países a un estadío superior.
Hoy hemos abogado y asumido el compromiso de avanzar en ese sentido con la misma perseverancia que lo ha hecho el ALBA hacia las grandes tareas sociales y políticas, aseguró.
Tenemos que hacer una estrategia común, enfatizó tras recordar la guerra económica implementada por las élites de poder de EE. UU. mediante las sanciones unilaterales y las medidas coercitivas, para poner el mundo a sus pies.
La gran tarea, afirmó, es la resistencia y un modelo económico integrado de los países del ALBA. Solo nosotros podemos instaurar un modelo económico propio, insistió.
Hoy, dijo, podemos entender más las heroicidades del pueblo cubano en estos 60 años frente al bloqueo. Todos estamos sometidos a esta guerra económica de las sanciones, afirmó.
Apuntó también que esta es una época difícil, con el resurgimiento de fuerzas neofascistas tras los movimientos de cambio experimentados, y cuando se ven también duras pugnas por el poder, y Gobiernos en manos de una derecha que calificó de intolerante.
Llevaron casi a la desintegración del Mercosur y amenazan a pueblos como el venezolano con una escalada supremacista. Son condiciones adversas, pero en medio de ellas podemos decir, 24 años después del primer abrazo en La Habana de Fidel y Chávez, y 14 después del nacimiento del ALBA y de estos años de expansión de la esperanza y la igualdad: aquí está el ALBA de pie.
El legado y los sueños de Fidel y Chávez nos empujan. ¿Quién dijo que esto iba a ser fácil?, preguntó.
Foto: Roberto Suárez.
La trascendencia de un abrazo
Fidel y Chávez, artífices del ALBA-TCP, fueron evocados durante la cita de La Habana en el aniversario 14 del nacimiento de la que muchos aquí consideraron inédita iniciativa integracionista.
A ellos dedicó el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel sus primeras palabras en la mañana y también los recordó Maduro, al llevar al plenario las remembranzas del primer viaje de Hugo Chávez a Cuba en diciembre de 1994, cuando todavía no había llegado a la presidencia y algunas voces en Venezuela le aconsejaban no venir.
Chávez, dijo Maduro, siempre contó que jamás se imaginó que lo esperaba Fidel a su llegada a Cuba. El abrazo de ambos al pie de la escalerilla del avión, valoró Maduro, fue el encuentro de dos revoluciones.
Comenzaba una nueva historia. Ese abrazo partió en dos la historia de nuestros pueblos y de la América Latina caribeña de los siglos XX y XXI, aseveró.
Diez años después nació el ALBA como alternativa, en condiciones más favorables para el proceso unitario latinoamericano que las existentes cuando su primer encuentro.
Un día como hoy, hace 14 años, ellos fundaron el ALBA, cuyos logros se recordaron en los debates de esta Cumbre.
