En los últimos años, el EJT participa en la recuperación del sistema ferroviario del país. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:37 pm
El sudor brotaba a mares de la frente del joven soldado René Emilio Jiménez Rodríguez. Pero ni el sol abrasador, ni las manos ennegrecidas y con callosidades, borraban de su rostro una sonrisa franca, serena y por momentos infantil.
Desde hace meses, junto a otros jóvenes de todo el país que cumplen el Servicio Militar Activo en el Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), René se encuentra enfrascado en el mantenimiento y reparación de vías para la recuperación del ferrocarril en Cuba.
«¿El trabajo? Es duro, pero no imposible», confiesa a pie de obra este joven de 18 años, quien participa en la limpieza y calzado de las líneas, el aseguramiento de tornillos, la gravilla, así como en la restauración de las traviesas.
«Al principio mi mamá no quería que pasara el Servicio aquí porque temía que me ‘‘rajase’’ cuando viese el esfuerzo que hay que hacer», recuerda entre risas.
«Pero en realidad me siento muy bien en el EJT. Vivo solo con mi mamá y mi hermanito pequeño de ocho años, y aquí encontré una oportunidad para cumplir con el Servicio Militar Activo y a la vez contribuir con la economía de la casa y ser más independiente en mis gastos, porque recibo un salario por mi trabajo», explica.
Una historia similar nos cuenta el soldado Danni Daniel Barba López, de 20 años, quien reside en Santiago de las Vegas, en el capitalino municipio de Boyeros.
«Me citaron del Comité Militar de mi barrio. Vivo con mis padres, que son de edad avanzada. Mi papá es jubilado y mi mamá es ama de casa. Entonces me dieron la posibilidad de estar en el EJT ganando un salario», comenta.
«Lo más difícil es levantarse temprano y aguantar el sol. Pero en estos meses he participado en los gastos del hogar, he podido ayudar a reparar la casa, me he comprado cosas para mí… También he adquirido conocimientos que me servirán para toda la vida, además de conocer a muy buenos amigos», precisa.
Encarrilando
«A partir de que los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución instaron a priorizar la actividad ferroviaria para mejorar la red vial, se decidió integrar al EJT a las fuerzas de la Unión de Ferrocarriles de Cuba», explicó el coronel Inocente Pedro Duardo Méndez, jefe de la Jefatura Territorial Ferroviaria de Occidente.
Para ello —recordó— inicialmente se crean batallones en el Occidente, Centro y Oeste del país. Pero a solicitud del Ministerio de Transporte (Mitrans) se incrementaron estas fuerzas y en el año 2011-2012 se decide crear cuatro jefaturas a nivel nacional: las territoriales ferroviarias de Occidente, Centro, Centro Este y Oriente, afirmó.
«El objeto social de nuestras jefaturas y unidades es el mantenimiento, así como reparaciones ligeras y medias no capitales de las principales vías férreas. De las construcciones, reparaciones capitales u otras tareas que requieren fuerzas más especializadas, se encargan las empresas territoriales de la Unión de Ferrocarriles, con el personal calificado y las herramientas destinadas para ello», puntualizó.
Nuestras fuerzas las componen soldados del Servicio Militar Activo, generalmente con problemas económicos o familiares, quienes se traen a prestar este servicio como parte de nuestro Ejército, afirmó.
«Ellos tienen un salario en dependencia de su producción en el mes. Trabajan en interés del desarrollo económico de nuestro país y a la vez reciben un estímulo salarial para la solución de su problema económico.
«Por eso generalmente los jóvenes se reclutan en lugares cerca de sus casas, para facilitar el trabajo y la asistencia», subrayó.
Al decir del coronel Duardo Méndez, para realizar los mantenimientos en cada una de las jefaturas las fuerzas están distribuidas en las vías principales y secundarias.
«En el caso de la Jefatura Occidental estamos trabajando en la vía central hasta los límites con Matanzas. Nos encontramos enfrascados en el restablecimiento de la línea Habana-Güines, hasta Los Palos, para restituir los parámetros de velocidad que requieren los nuevos medios ferroviarios.
«Además está prácticamente restablecida la línea del Rincón-Bejucal hasta Batabanó, y nuestras fuerzas están igualmente desplegadas en la línea Oeste (Habana-Pinar del Río).
Cumpleaños 40
Este 3 de agosto, el EJT celebra su aniversario 40. Este Ejército fue creado en 1973, en virtud de la unión de la Columna Juvenil del Centenario (CJC) y las Divisiones de Infantería Permanentes (DIP), así como otras fuerzas juveniles organizadas en contingentes productivos.
Con su nacimiento, permitió elevar y perfeccionar la capacidad y disposición combativas de las tropas regulares de las FAR, máximas responsables de la defensa del país y los intereses del pueblo trabajador.
También posibilitaba la sustitución de las unidades de las FAR destinadas a las labores productivas en detrimento de su preparación militar y disposición combativa, en momentos en que la situación político-militar obligaba a estar más listos que nunca para la defensa.
En sus 40 años ha realizado múltiples tareas productivas y cuantas misiones apremiantes de la economía le hayan confiado el Gobierno y las FAR, sin descuidar un instante su papel de primera reserva, su carácter de cuarto Ejército, de fragua de cuadros y de cantera de jóvenes revolucionarios y obreros destacados.
En sus primeros años, el EJT constituyó una fuerza de apoyo a la producción del país. En 1993, al asignársele la responsabilidad de administrar y dirigir integralmente granjas estatales, asumió el proceso de la dirección económico-productiva de sus unidades.
Durante el período especial inició el proceso que propició la entrega de empresas bajo contratos de administración, así como la creación de los mercados agropecuarios.
Igualmente, ha participado en distintas tareas productivas vinculadas con la agricultura, actividades constructivas, ferroviarias, comercializadoras e incluso antivectoriales.
Una de sus misiones más destacadas fue la incorporación de sus fuerzas al Plan Turquino, lo cual contribuyó al desarrollo económico, político, social y cultural de las zonas montañosas.