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El sepelio del prestigioso arquitecto y profesor Mario Miguel Girona Fernández se efectuó a la 1:45 de la tarde de este miércoles en la Necrópolis de Colón, informó la Dirección de Divulgación de la Unión Nacional de Ingenieros y Arquitectos de la Construcción.
Graduado en 1953, Girona fue de los profesionales que no traicionaron la patria al triunfo de la Revolución, e integró la vanguardia de los arquitectos.
En aquel momento asumió como profesor en la Universidad de La Habana, tarea que contribuyó a llevar adelante la arquitectura cubana de los años 60 —para algunos el período más fructífero del movimiento moderno en nuestro país, por su alto compromiso social, y el alcance técnico-constructivo logrado— a pesar de las grandes limitaciones de recursos por las que atravesó el país en ese período tan convulso de nuestra historia.
Fue uno de los primeros en obtener el Premio Nacional a la Vida y a la Obra que otorga la Unión Nacional de Arquitectos de la Construcción de Cuba, en 1996.
Se reconocía así su destacada labor en la formación de las nuevas generaciones de arquitectos, así como su prolífica obra de arquitectura y urbanismo, destacando en ella: el Coppelia de La Habana, el Hotel Mar Azul, el complejo turístico Guamá, la Terminal 3 del aeropuerto internacional José Martí, el proyecto Las Terrazas, el Hotel Capri y el aeropuerto de Granada.
