Acuse de recibo
Aunque Correos de Cuba ha explicado que han aumentado ostensiblemente los envíos de paquetería desde el exterior a Cuba, lo que ha creado cuellos de botella en su almacenamiento y distribución, los destinatarios de esos bultos viven la incertidumbre de cuándo recibirán lo suyo, en medio de tantas carencias.
María Julia Galdo Monzón (calle Las Cañas, edificio 57, apto. 24, entre 19 y Oeste, reparto Antonio Guiteras, Habana del Este, La Habana) relata que en agosto de 2020, y desde Estados Unidos vía Panamá, su hijo le envió seis paquetes, de los que solo recibió cuatro en el pasado mes de enero.
Desde un principio, dice, cuando su hija fue al correo de la Villa Panamericana a indagar, le dieron las indicaciones para rastrear ella misma los paquetes mediante la aplicación que descargó en la propia página de Correos de Cuba. Y cada vez que consulta sobre los dos pendientes, la respuesta es: No existen envíos con esos códigos: CG642303053MA y CG642303051MA. Y en el propio correo de la Villa Panamericana le dicen que esos envíos no aparecen en el sistema.
Refiere que allá en Estados Unidos su hijo llamó a la compañía con la que realizó los envíos, Global Cargo, y le aseguraron que desde septiembre de 2020 los seis paquetes estaban en Cuba.
«He llamado en reiteradas ocasiones, afirma, al número que sale en la propia página de Correos de Cuba (80244644), y me dicen siempre que tengo que seguir esperando. Un día me dieron este otro número: 76464680, en el cual nunca han contestado.
«Tanto en el número que me han contestado, como en el propio correo, he preguntado a dónde puedo dirigir mi queja; y nadie sabe. No tengo respuesta de nadie y por teléfono nada resuelvo. No tengo ni idea de a dónde más puedo acudir. Demás está decir lo necesario que son estos envíos en estos precisos momentos, amén del sacrificio que realizan nuestros familiares para enviarlos», concluye.
Algo similar revela José A. García Gutiérrez, desde Solano Ramos no. 9, entre R. Morales y González Coro, en la ciudad de Pinar del Río:
«El pasado 10 de febrero envié un correo electrónico a la agencia de envíos Cubapack solicitando información sobre el estado de un paquete enviado desde Estados Unidos el 26 de junio de 2020 por Alina Acosta a Annia Acosta, indicando el número de manifiesto 1094, número de caja 162, factura 2000441480, cons. 441539. Transcurridos más de diez días, no he recibido ni siquiera acuse de recibo de la reclamación, a pesar de haber utilizado la dirección de correo electrónico que anuncia esa agencia», concluye.
Eduardo Acosta de Arriba (calle G no. 355, apto. 401, ente 15 y 17, Vedado, La Habana) relata que a fines de octubre de 2020 se les planteó a los vecinos del edificio el cambio del viejo elevador por uno nuevo, por parte de Unisa, la empresa encargada de esas labores.
Les dijeron que según el contrato, las labores del cambio demoraban tres meses; pero dada la edad avanzada de muchos inquilinos se trataría de hacer en dos. Los trabajos empezaron a inicios de noviembre y… aún siguen sin ascensor.
Ya hace casi un mes concluyeron los trabajos técnicos, pero ahora no aparece el cemento para poder repellar y conformar los frentes de puerta de cada piso, pues el ascensor nuevo es más pequeño. Resultado: siguen subiendo y bajando escaleras, varios de ellos con enfermedades serias de locomoción.
«¿Cómo es posible que un trabajo planificado y demorado en su ejecución no cuente ahora con el respaldo de un material que todos sabían había que utilizar para su terminación y puesta en marcha?
«Ya se llamo a la oficina del director de Unisa y se habló con los superiores de la brigada que trabajó en el edificio. Pero todo es en balde, nadie da respuesta. ¿Por qué tanta ineficiencia que perjudica a personas de edad avanzada, en un trabajo que tuvo todo el tiempo para planificarse con recursos que, aunque limitados, existen?
«Además de esta situación tan crítica, ¿por qué no acaban de recoger todos los hierros y materiales que están regados por todo el garaje y el edificio?», concluye.