La dependencia al tabaco propicia diversas enfermedades que perjudican el desempeño sexual tanto en hombres como en mujeres
Según los profesores José A. Gutiérrez y Ana Cepero, especialistas del Hospital Hermanos Ameijeiras, de La Habana, la dependencia al tabaco propicia diversas enfermedades que perjudican el desempeño sexual tanto en hombres como en mujeres.
El daño no se limita al sistema respiratorio, cuya función es básica en la actividad sexual directa, sino que también afecta la imagen de las personas y por tanto sus posibilidades de establecer pareja.
Entre las consecuencias más obvias están el envejecimiento de la piel, las manchas en dentadura, piel y uñas, la halitosis o el mal aliento e incluso la gastritis y úlcera de estómago, cuyos dolores acentúan un rictus desagradable en el rostro que puede alejar a cualquier pretendiente, sobre todo cuando se acompaña de irritabilidad o mal carácter.
A más largo plazo, la nicotina y otros tóxicos que componen el cigarro afectan la circulación sanguínea y por ende duplican el riesgo de pobres o nulas erecciones e interfieren en la acción de los fármacos que se comercializan para suplir esa disfunción.
En el caso de las mujeres se perjudican el deseo sexual, la lubricación vaginal y la capacidad orgásmica, además de afectar la fertilidad, a veces de modo irreversible, o propiciar fetos con malformaciones congénitas, bajo peso al nacer y partos prematuros.