La fístula obstétrica es una de las lesiones que puede enfrentar una mujer tras un trabajo de parto muy prolongado
La fístula obstétrica es una de las lesiones que puede enfrentar una mujer tras un trabajo de parto muy prolongado. Si la cabeza del bebé presiona las paredes pélvicas por muchas horas y las priva de irrigación sanguínea, ese tejido puede necrosar y se crearán aberturas entre la vagina y el recto, o la vagina y la vejiga por las que pasan los fluidos corporales.
Unas 50 000 mujeres sufren cada año ese contratiempo. Bien atendido se considera leve, pero cuando el alumbramiento ocurre sin asistencia médica, si no se preparó a la embarazada para facilitarle un parto menos traumático o si permanece en condiciones de insalubridad los siguientes días, el riesgo de muerte materna es mayor.
Por eso, desde 2012 la ONU designó el 23 de mayo como Día Internacional para generar cultura de prevención de las fístulas en las futuras madres y también para reclamar medidas más eficaces en el manejo del parto a los sistemas de salud y los Gobiernos, responsables de velar por la salud sexual y reproductiva de sus ciudadanas.