D.C.: Mi marido dice que tengo un problema hormonal porque después que creció mi hija yo quiero sexo todos los días y él está demasiado cansado para complacerme. Me busqué otra relación que me gusta menos como hombre, pero llena esos vacíos un poco. De todas formas no me satisfacen las ganas entre los dos, que, por supuesto, no saben de la existencia mutua, para evitar complicaciones. Una compañera de trabajo comentó que en una novela vio un caso así y la protagonista probó con una mujer. Ella no sabe lo mío, lo dijo de casualidad y me dejó pensando, pero no me entusiasma la idea. ¿Esto es pasajero o ya es para siempre? ¿Puede haber tratamientos que me calmen, pero no me quiten las ganas del todo?
Es importante poder conversar de lo que le sucede con un profesional de la Sicología. Existen tratamientos, pero habría que definir cuál es el problema. Tener ganas insatisfechas no es una enfermedad. Tener deseos diarios no es tan extraordinario. Habría que intentar ver qué sucede con usted, qué expresan esas ganas de mujer, ahora que no está tan comprometida en los roles de madre.
¿Siente en verdad que deba calmar? ¿Acaso no habrá otro modo de buscar complacer ese deseo? ¿De qué está tan cansado su esposo? ¿Por qué desear es señal de problema hormonal? ¿Qué es lo que resta insatisfecho?
Pareciera que ya tuvo de esa calma que ahora pide mientras criaba a su hija. De manera que esas ganas dicen más de usted, de lo que le falta, de lo que desearía poner en su lugar, de lo que no quiere olvidar, de un camino por recorrer. Tal vez, sería una buena puerta de entrada a un deseo suyo. Ya usted está intentándolo con otros hombres, pero eso no significa que tenga que hacer lo que no le entusiasma. No use medicamentos contra ellas si no aparece en verdad un diagnóstico de un problema de salud.