J.M. Tengo una relación de más de dos años con una muchacha excelente. La adoro y es todo para mí. Me ha dado grandes pruebas de amor y fidelidad. Por otra parte, he sabido que antes tuvo encuentros ocasionales con otros, sin llegar a hacer el amor, pues su primera vez fue conmigo. A veces un beso no significa mucho, pero les dedicó unos minutos a esos hombres. Ha hecho cosas por despecho con otras parejas, no ha tenido temor y parece que con solo gustarles un poco ya era suficiente. Mi miedo reside en que un día se moleste conmigo y rápidamente tenga a otro, aunque no lo quiera, solo para fastidiar; o que en una fiesta se dé unos traguitos de más y meta la pata. Si en aquel momento lo hizo, ¿no lo puede hacer ahora? Tengo 20 años.
Más que la respuesta, lo interesante es la pregunta misma, que habla más de ti que de ella. Intenta analizar la razón por la cual te empeñas en semejante cuestionamiento. ¿Por qué suponer ahora que dejará de darte pruebas de fidelidad y amor? ¿De qué te sirve interrogar esa posibilidad hoy? Si determinas que podría suceder lo temido, ¿qué harías?
No hay manera de calcular con exactitud todo lo que alguien hará mañana, pese a su pasado o tendencias de actuación. No obstante, con los datos de su historia puedes destacar que ni los ex novios, ni los «encuentros» la llevaron a entregarse. Pudo esperar al hombre de su elección, sin importar la molestia o los tragos de más.
Llama la atención que elijas esa pregunta ahora, cuando aparentemente se sienten bien. ¿Anticipas en tu mente el fastidio que dices temer? ¿Qué más te está sucediendo?
Mariela Rodríguez Méndez. Máster en Psicología Clínica