M.C.: Llevo diez años con mi esposo. Nuestra vida sexual ha sido maravillosa. Hace un tiempo que él no tiene erección, pero quiere seguir conmigo. Hemos ido al médico y no parece tener ningún problema de salud. Ya vivimos nuestra sexta década de vida pero esa tampoco es razón suficiente. Aún hay armonía entre nosotros y creo que se debe sobre todo al amor. Me gustaría superar este problema.
No dejen de ir al médico hasta que resuelvan. Existen tratamientos para la disfunción eréctil y en todas las provincias de nuestro país hay especialistas en terapia sexual. Es preciso determinar las causas de su problema para tratarlo bien. La presencia de erecciones mientras el hombre duerme o al despertar indica que es su psiquis quien bloquea el disfrute, no su cuerpo.
Problemas de la vida cotidiana, miedo al mal desempeño, conflictos con la pareja, entre otros, frenan la erección. Con los cambios físicos propios del envejecimiento disminuye la turgencia habitual. Para muchos esto es inaceptable y se empeora la situación. Se dice que una cuarta parte de los que pasan los sesenta sufren esta disfunción. Si en el momento del disfrute hay preocupación por la respuesta del pene se esfuman placer y erección.
Deben saber que algunos medicamentos provocan deficiencia eréctil entre sus reacciones adversas tanto como el abuso del alcohol u otras drogas. Trastornos circulatorios, del sistema nervioso o endocrino afectan la erección.
Finalmente, es bueno destacar que el amor potencia los efectos de cualquier tratamiento. Ustedes solo necesitan el diagnóstico y la orientación adecuados.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica, consejera en ITS y VIH/SIDA, psicoanalista