Un total de 58 horas, 35 minutos y 58 segundos duró el beso más largo de la historia. Lo protagonizó una pareja tailandesa el 13 de abril de 2013
El beso que no te di, se me ha vuelto estrella dentro…
Dulce María Loynaz
Un total de 58 horas, 35 minutos y 58 segundos duró el beso más largo de la historia. Lo protagonizó una pareja tailandesa el 13 de abril de 2013 durante un certamen que se realiza anualmente en la nación asiática y exige a sus participantes estar casados o demostrar una relación estable con una carta escrita por los padres de los novios.
Reseña el diario El Mundo que, como premio a la hazaña con la que rompieron su marca personal de 46 horas consecutivas (lograda en igual fecha del año anterior), los «recordistas» recibieron un par de anillos de diamantes y 2 500 euros, además de los beneficios propios del beso.
Tal fue el interés mediático que suscitó el resultado que desde entonces muchos países asumen esa fecha como Día Internacional del Beso, y en no pocas ciudades se realizan certámenes similares, en los que «besucones» amateurs tienen la posibilidad de establecer sus propios registros.
Una búsqueda por la red de redes arroja otra celebración del acto de presionar los labios contra una superficie como expresión social de afecto, saludo, respeto o amor.
Según el diario inglés The Sun, el Día Internacional del Beso Robado se estableció en el año 2006. Otros medios indican que tuvo sus orígenes en Gran Bretaña a inicios del siglo XIX, pero la mayoría coincide en que tan especial jornada estuvo motivada por el beso más famoso del mundo, públicamente conocido gracias a la instantánea tomada por el fotógrafo alemán-estadounidense Alfred Eisenstaedt, minutos después de que se informara el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Publicada en el propio año 1945 por la revista Life, la imagen muestra el momento preciso en el que un marino tomó en sus brazos a una enfermera y la besó sorpresivamente, sin que hasta hoy se haya comprobado que entre ambos mediara alguna relación.
A diferencia del besarse como mera formalidad social o como preludio a una relación más íntima, ambas jornadas sirven de pretexto para recordar el placer de un beso por el beso mismo, como explica la agencia de noticias Europa Press, si bien otras fuentes aseguran que ambas fechas funcionan como contrapeso a prohibiciones que en algunas localidades impiden ese acto, beneficioso para la salud.
Algunos medios refieren cómo besar mejora la circulación, estimula el sistema inmune y libera mediadores químicos que inducen serenidad y tranquilidad. Otras publicaciones especializadas agregan que ayuda a reducir la tensión arterial; evita calambres, dolores menstruales y dolores de cabeza; combate las caries; ayuda a quemar calorías; y aumenta la autoestima y estimula las hormonas de la felicidad.
Tras la pista de lo más novedoso en materia de besos, la revista cubana Alma Mater publicó en su página digital que, además de los besos popularmente conocidos como «piquito» y «con lengua», tan frecuentes en la adolescencia, existe una amplia gama de definiciones para ese intercambio de saliva, olores, sabores y sensaciones, entre los que menciona:
Detectives: Intentan descifrar qué comiste, si consumiste bebidas alcohólicas y en qué cantidad.
Gremiales: Se dan solo entre personas del mismo sector.
Jurásico: La lengua de la persona que besa es tan larga que parece uno de esos dinosaurios de Spielberg, capaz de tragarte de un solo bocado.
Virtuales: Los que se envían por Facebook u otros chats. Divergen en estilos, formas o intensidad: muaa, muak, bss, bsos, un beso grande, besitos, besis, kiss, etcétera.
Gnomos: Los clásicos frotadores de nariz, son un homenaje a tantos y tantos dibujos animados que enseñan el singular hábito de esos pequeños personajes.
Voladores: Se lanzan haciendo un sonido peculiar con los labios o usando los dedos de las manos y soplando; a veces van acompañados de acrobacias, como si fuese un lanzamiento de béisbol o un lanzamiento con arco y flecha.
Río Cauto: Extremadamente largos, te dan tiempo a pensar que debes ir a pagar el teléfono, lo que elegirás para cocinar y a dónde quieres ir a bailar el viernes próximo.
Tatuados: Son los que te marcan, no para siempre ni por su intensidad, sino porque los labios autores llevan exceso de brillitos, creyón permanente o algún hongo que se transmite por contacto.
Ositos del cariño: Son similares a los de piquitos, pero se dan muy seguidos y en cantidad ilimitada.
Rescatistas: La lengua busca infructuosamente a su par en la boca ajena.
Trituradores: Llevan pequeñas e incisivas mordidas; se dan en labios, espaldas y otros lugares íntimos del cuerpo.
Hollywood: En formato película antigua parecen intensos, pero apenas participa la lengua e implican movimientos laterales del cuello para dar idea de mucho apasionamiento. En el formato full HD llevan implícito movimientos corporales y faciales de gran erotismo.
Clandestinos: Se dan sin que nadie se dé cuenta, aprovechando lugares discretos como parques, calles deshabitadas y elevadores vacíos.