Con ambiciosos planes ha nacido una nueva organización de la sociedad civil cubana, cuyo propósito es brindar espacios de creación a todos los especialistas de un sector, clave para el desarrollo del país
La Unión de Informáticos de Cuba (UIC), fundada el pasado 7 de marzo, es la primera organización social que se crea en Cuba en este siglo XXI.
Su llegada no es casual. Surge de la necesidad de aglutinar a todos los especialistas de un sector clave para el desarrollo del país, especialmente cuando se impulsa un proceso de informatización sin precedentes.
Así quedó patentado en las amplias discusiones que se dieron por casi tres horas este lunes en la comisión de proyección estratégica de la Asamblea Constitutiva de la UIC, la cual nació con más de 6 000 miembros.
En una repleta sala del Palacio de Convenciones de La Habana los delegados expresaron sus opiniones sobre los cinco programas que regirán el arranque de esta organización de la sociedad civil cubana.
Así, la UIC ya ha trazado algunos derroteros, acorde con las más apremiantes necesidades expresadas por sus miembros, las cuales están recogidas en el documento de proyecciones estratégicas al que tuvo acceso Juventud Rebelde.
Desde ya, sus miembros trabajan en campos como gestión del conocimiento, capacitación y certificación, cooperación interinstitucional, comunicación y nuevas tecnologías, y servicios.
Cada una de estas áreas se desarrolla a partir de la ejecución de acciones, proyectos y comisiones de trabajo, explicó Ailyn Febles, presidenta de la UIC electa para los próximos cinco años.
Entre las acciones a destacar en 2016 aparecen un evento científico sobre tecnologías educativas el próximo septiembre en Camagüey, y un taller sobre seguridad informática, que acogerá Cienfuegos.
Determinar quién sabe qué, es otra de las intenciones de la UIC, que se materializará a través de un proyecto concebido para conformar el Atlas cubano del conocimiento. El mismo se elaborará por una comisión encargada de diagnosticar el potencial de los profesionales dedicados a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en Cuba.
En cuanto a la capacitación, la UIC elaborará un plan para elevar el nivel de sus miembros, el cual se compondrá no solo de clases presenciales, sino de contenidos en línea.
El área de cooperación interinstitucional, por otro lado, busca trabajar en espacios de posgrados y alianzas con organizaciones similares para ampliar el espectro de lo que se puede hacer.
La UIC cuenta además con un sitio web (www.uniondeinformaticos.cu) y tendrá una revista científica. También prevé participar en proyectos piloto vinculados a las TIC. Entre sus intenciones está convertirse en una incubadora de soluciones informáticas y crear amplios espacios de trabajo basados en la colaboración.
A juicio de Reinaldo Alonso, presidente de la UIC en Camagüey, el área de gestión del conocimiento debe contar con un sistema de eventos que permita visualizar los resultados de la actividad científica de los miembros de la organización. Ello, indicó, crearía un espacio de intercambio con los ministerios e instituciones, las que no solo conocerían estos resultados, sino que podrían implementarlos.
«Desde la proyección estratégica tenemos que lograr que sea más evidente para todas las personas conocer qué puede aportar esta asociación y cómo es un vínculo para dar más a la sociedad», comentó Iván Barreto, director de la empresa Cinesoft, adscrita al Ministerio de Educación.
«Al informático que está en un municipio, estos temas esenciales le pueden parecer lejanos. Por eso es vital comenzar rápido con los clubes temáticos, lo que le dará más vida a la organización», apuntó.
Barreto reflexionó que hay muchos recursos humanos que esperan ser identificados, y la experiencia demuestra que al ser ellos convocados, se registran resultados satisfactorios.
En el tema de la organización económica, sugirió Barreto que la Unión puede construir un espacio de representación de sus profesionales y crear mejores vínculos de trabajo.
Otro llamado importante lo hizo Liber Puentes, trabajador por cuenta propia —en su arranque la UIC cuenta con unos 200 miembros del sector no estatal—, quien fuera electo miembro de la Junta Directiva.
Según Puentes, el sector no estatal es una comunidad creciente comprometida con el país. «Quien decide abrir un negocio es porque quiere echar pie en tierra con la Revolución», apuntó. Por eso, consideró que la UIC debe trabajar con más fuerza en el acercamiento a los cuentapropistas, ya que los enemigos de la Revolución los ven como un eslabón débil a penetrar, cuando es todo lo contrario.
Así, pidió que la UIC tramite inquietudes de sus miembros, especialmente de aquellos que están vinculados a iniciativas sociales y comunitarias. De igual forma, abogó por la creación de mecanismos para que el sector por cuenta propia pueda utilizar materia prima tecnológica, la cual no está contemplada hoy como reciclable por las instituciones estatales. Muchas veces, dijo, se desechan componentes valiosos.
La profesora de la Universidad de La Habana Alina Ruiz estimó que una de las cosas más favorables para los miembros de la UIC es que están en todas partes. «Todavía existen barreras en este proceso de informatización que es urgente para el país, por lo que la UIC debe ser una guía fundamental en este sentido», apuntó.
El capital humano, continuó Ruiz, es tan importante que requiere un programa particular dirigido a que los profesionales del sector no se pierdan.
«El prestigio y la importancia que pueda tener la Unión de Informáticos de Cuba estará en la medida en que pueda incidir en las políticas públicas de esta disciplina en el país», consideró otro profesor de la UH, Yudivian Almeida. «Para lograr ese propósito tiene que ganar en la participación de todos sus miembros, soportada por una infraestructura tecnológica acorde», sugirió.
Almeida propuso que se debe convocar a todo el sistema de trabajo en la proyección informática, «en la que confluyan académicos, empresas estatales y cuentapropistas», al tiempo que sugirió evaluar la creación de cooperativas de producción de software que aporten al proceso de informatización de la sociedad cubana.
Para Adrián Morán, representante de la UIC en Las Tunas y trabajador del centro territorial de la Empresa Nacional de Software (Desoft), la UIC es el motor impulsor de una era de informatización en la que vamos a necesitar del apoyo y la unión de todos. «Es importante enlazarnos, ya que mientras más rápido podamos comunicarnos y socializar el conocimiento, brindaremos soluciones mejores», dijo.
Morán solicitó que se haga explícito dentro de la información de la Unión una especie de ranking de asociados, para que en el momento de crear soluciones informáticas se sepa quiénes son los mejores.
Resaltó también el joven tunero que «esta es una asociación creada por la Revolución, por tanto a ella nos debemos. El ciberespacio es un lugar bastante complejo, que tiene todo lo bueno y todo lo malo. Por eso, los integrantes de esta organización somos responsables de guiar y servir de ejemplo a nuestra sociedad, que hoy ya accede a Internet, pero no tiene todos los conocimientos necesarios para consumirla».
Una de las ideas de Morán presentadas al auditorio fue establecer proyectos de trabajo que guíen a la población sobre qué es Internet y qué puede encontrar en ella, con todos sus matices.
Al final de las discusiones, Ailyn Febles subrayó algunas palabras que sintetizan lo que debe ser esta Unión y a lo que se dedicará. La UIC, indicó, es una organización diversa, ágil, flexible, altamente participativa, transparente, joven, inclusiva, abanderada de las buenas prácticas, humilde, osada y conectada. Y sobre todo, está comprometida con su Patria, su momento histórico y su Revolución.
El Capítulo III de los Estatutos, titulado De los miembros y el ingreso a la organización, en su artículo 7, señala que la Unión de Informáticos de Cuba es una organización de filiación voluntaria y selectiva. Sus integrantes poseen dominio y habilidades en las áreas del conocimiento relacionadas con las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
El artículo 9 indica que son miembros de esta organización quienes soliciten por escrito su ingreso ante la Junta Directiva Provincial, acepten los Estatutos y el Código de Ética y sean admitidos por la Junta Directiva Nacional.
Además, deben cumplir algunos de los siguientes requisitos: ser profesional graduado de carreras propias de las TIC; ser profesional de otras áreas del conocimiento, con experiencia acreditada en el ámbito de las TIC; y casos excepcionales que por su prestigio, desempeño y aporte, así se consideren.