El Programa de Atención a la Pareja Infértil en el país exhibe logros significativos, como el de registrar 3 787 embarazos logrados en 2018, 2 485 más que en el año precedente
Concebir hijos, para muchas parejas, puede ser una quimera. La medicina privada en otras latitudes cobra alrededor de 7 000 dólares por una reproducción asistida, y en Cuba, donde no dejan de ser costosos los procedimientos asociados a esta técnica, la voluntad política del país persiste para intentar que la felicidad llegue a las familias que esperan un nuevo miembro, al destinarse más de 4 millones de pesos para garantizar gratuitamente el derecho de hombres y mujeres a la fecundación.
Enhorabuena, y como resultado de un nuevo plan de medidas implementadas, el Programa de Atención a la Pareja Infértil en el país, fundado en 2007, registra 3 787 embarazos logrados en 2018, 2 485 más que en el año precedente y el registro de 190 315 consultas por este motivo, 73 137 más que en 2017.
Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública (Minsap), precisó que se han dispensarizado hasta la fecha 102 000 parejas con dificultades para tener hijos (después de un año o más de relación estable y sexo desprotegido sin haberlo alcanzado), de las cuales el 42,9 por ciento ya ha sido atendida por vez primera.
A propósito de celebrarse este domingo el Día Mundial de la Salud, con el lema Salud Universal para tod@s, este programa del sistema de salud cubano evidencia una de las aristas más nobles de uno de los logros de la Revolución.
Álvarez Fumero destacó que la esencia de este proceso de perfeccionamiento de la dinámica de trabajo del Programa de Atención a la Pareja Infértil radica en facilitar la atención a las parejas en las consultas municipales, los centros provinciales de reproducción asistida y las instituciones de alta tecnología.
Subrayó que próximamente se inaugurarán otros dos centros de reproducción asistida en el país, en la región centro-oriental, que se sumarán a la red existente, integrada por los centros territoriales Vladimir I. Lenin, en Holguín; Gustavo Aldereguía Lima, en Cienfuegos; y Ramón González Coro y Hermanos Ameijeiras, en La Habana.
El primer bebé que se logró en Cuba por el método de la reproducción asistida (in vitro) fue en diciembre de 1986, luego de 33,3 semanas de gestación, y desde entonces se ha transitado por un camino, que, con opciones renovadas cada año a partir de la prioridad gubernamental, ha contribuido a hacer posible el sueño de muchas parejas de tener descendencia.
Este Programa no es el que asegurará saldar la deuda con el bajo índice de natalidad existente en el país, pero intentamos que aquello que es un anhelo pueda convertirse en una realidad, acotó Álvarez Fumero, quien instó, además, a impulsar campañas de promoción de salud que concienticen en torno a la necesidad de evitar desde edades tempranas aquellas conductas sexuales irresponsables que luego pueden comprometer la fertilidad.
Investigadoras de INTA-Mendoza y Conicet, en Argentina, proponen una aplicación móvil para que las bodegas puedan prevenir los defectos en sus vinos y en jugos de uva concentrados (mosto), lo cual evitaría grandes pérdidas económicas en ese país.
Microwine Predictor es la herramienta, y puede descargarse de forma gratuita por celular o tablet desde Google Play en cualquier móvil Android, en su versión en español y en inglés. Según explica la doctora Mariana Combina, responsable del Laboratorio de Microbiología Enológica de INTA-Mendoza: «Permitirá detectar a tiempo el riesgo potencial de contaminación al que se exponen estos productos vinícolas ante el uso de levaduras perjudiciales».
Mediante la aplicación (validada con éxito), el productor introduce los valores de diferentes variables (acidez, etanol, dióxido de azufre y concentración de azúcar) de su propio producto en casillas destinadas, y un software predice el riesgo o probabilidad de que en el vino o en el jugo de uva concentrado proliferen levaduras contaminantes.
Científicos madrileños crearon un dispositivo que puede utilizarse para obtener una mejor representatividad de los niveles de exposición a las vibraciones que afectan la mano y el brazo en el puesto de trabajo, causa frecuente de enfermedades profesionales. Se trata de relojes inteligentes que pueden usarse durante toda la jornada laboral.
Basaron su estudio en el uso de sensores de bajo costo denominados MEMS (Micro Electro Mechanical System), disponibles en la mayoría de los relojes inteligentes. Estos sensores presentan un gran potencial para ser utilizados en numerosos ámbitos de la prevención de riesgos laborales, como por ejemplo la detección de movimiento y actividad, de lesiones musculoesqueléticas y en la prevención de caídas, entre otros.
Los expertos auguran que esta tecnología incremente su precisión próximamente, cuando los dispositivos inteligentes de consumo obtengan un mayor rendimiento en sus sensores, sus componentes electrónicos asociados y más autonomía en sus baterías.
Fuente: Noticiasdelaciencia.com
Frase: «La ciencia, muchacho, está hecha de errores, pero de errores útiles de cometer, pues poco a poco conducen a la verdad».
Julio Verne
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