Esta entidad organiza cada abril jornadas infantiles, en las que se incluyen conferencias especializadas y presentaciones de invitados extranjeros. Para los que han dejado atrás la infancia convoca en octubre un programa juvenil, también de carácter nacional
No se protege lo que no se ama, pero amar algo exige primero conocerlo. Tal filosofía impulsa las jornadas científicas infantiles que promueve desde hace 15 años el Acuario Nacional de Cuba con el afán de desarrollar en las nuevas generaciones ese espíritu investigativo, conservador y generoso que demanda el planeta para sobrevivr.
La experiencia nació desde el círculo de interés Conozcamos el mar, desarrollado por el Acuario en varias escuelas capitalinas, y su efectividad fue tal que decidieron abrir convocatoria a todas las provincias y municipios del país, incluso los de montaña, a través de un convenio de trabajo que involucra a los Ministerios de Educación (MINED) y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), explicó a JR la doctora María de los Ángeles Serrano, vicedirectora de la cincuentenaria institución.
Al evento final de la XV Jornada llegaron esta semana 629 estudiantes de entre seis y 16 años de edad con ponencias científicas, carteles, dibujos, cuentos y canciones, elegidos entre un millar de trabajos elaborados en la base para describir, defender y elogiar la biodiversidad marina de Cuba y otras latitudes, además de evaluar el impacto de la contaminación humana en el futuro de la Tierra y el alcance de las acciones ambientalistas en sus localidades.
Una virtud de estos encuentros es que cada niño o niña involucra en su labor investigativa a varios adultos de la familia, la escuela o el vecindario, y además multiplica entre sus pares cierta preocupación cotidiana a favor del ecosistema en que se desarrollan.
Incluso varios participantes narran con entusiasmo cómo son tenidas en cuenta sus recomendaciones por empresas y gobiernos locales, o reclaman a la prensa y el sistema educativo más espacio para hacer oír sus voces a favor del medio ambiente, con el derecho que les asiste como futuros gestores de los ya mermados recursos del planeta.
El ACN organiza cada abril estas jornadas infantiles, en las que se incluyen conferencias especializadas y presentaciones de invitados extranjeros (México y España en esta ocasión), y para los que han dejado atrás la infancia convoca en octubre una jornada juvenil, también de carácter nacional, y un debate con promotores de la tercera edad en noviembre.
La educación ambiental se completa en este centro con un servicio de biblioteca permanente, interesantes talleres de verano en julio y agosto, y el trabajo sistemático con infantes que tienen necesidades educativas especiales (autistas, síndromes de Down, XP, sordos e hipoacúsicos) y menores hospitalizados en la capital por largo tiempo.
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