Los periodistas poseen, con ¿El periodismo que queremos?, lo que podríamos calificar como el testamento político y periodístico de Julio García Luis
¿El periodismo que queremos? es el título de un libro póstumo de Julio García Luis (1943-2012), publicado por la Editorial Pablo de la Torriente Brau en 2018, y cuyas páginas reunió Rosa Miriam Elizalde para presentarlas en el 10mo. Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), hace poco más de un año.
Los periodistas poseemos, con este volumen, lo que podríamos calificar como el testamento político y periodístico de Julito. Nadie nunca dudó de que fuera, entre nosotros, el mejor. El mejor ser humano y el mejor compañero. Periodista mayor por su obra sabia y siempre comprometida con la Revolución de Fidel y la ética de Martí.
En este volumen hallaremos esos textos que el intelectual —los periodistas lo somos— escribe en cualquier momento, según vive, sufre y piensa, y los acumula en lo que suele llamarse papelería. Es decir, notas donde se aposentaban, aún embrionarias, las ideas de Julito sobre el periodismo cubano. Por tanto, aquí también palpitan propuestas, análisis y textos íntegros de discursos, porque, cada uno a su turno, el presidente de la UPEC o el decano de la Facultad de Comunicación Social debían, de vez en cuando, hablar en público.
En nuestro sector fue uno de los exponentes más técnicos. Y sobre todo más audaces y exigentes. En su breve discurso en el 9no. Pleno de la UPEC, en 1992, nos legó una pauta, tal vez un lema programático: «Nadie, compañeros, va a hacer nuestra tarea. Nadie va a poner lo que solo puede surgir de nuestra experiencia, de nuestra capacidad».
Sobresalió por su inteligencia madura y su esférica cultura, también por su decencia. Julito discrepaba «con amor». Y polemizaba con la suavidad de un hombre que había aprendido a contenerse: natural diploma en quien ejerció como maestro escolar. Y después, periodista, que equivale a sostener un magisterio si a la técnica y al estilo les adjuntamos la moral.
¿Qué periodismo queremos? Para responderla habrá que convertir la respuesta en actos. Así, como obró Julito: en plenitud de compañero y periodista. Y sobre todo con un ejercicio profesional que parezca tener este lema: Plus ultra: Más allá. Más allá para querer transformar. Y transformarnos.