Cerebros más formados y mujeres artistas, dos de los misterios revelados por el arte rupestre
Era un valle montañoso, alejado de la vida, al que no llega carretera alguna. En el centro, un pequeño pueblo jamás visitado por un occidental, excepto ahora, por el nervioso estudiante de doctorado de la universidad de Griffith (Australia), Basran Burhan, que ha insistido en volver una y otra vez a pasar horas dentro de las cuevas y ya se ha convertido en uno más entre los pocos pueblerinos.
Ese estudiante ha quedado hechizado no por lo bucólico del paisaje, sino por los antiquísimos dibujos en una cueva de piedra caliza llamada Leang Tedongnge, que contenía pinturas rupestres nunca vistas por nadie más.
Para 2017 su descubrimiento ya estaba documentado, pero es ahora que se valora mucho más, cuando se revela que estos dibujos han resistido increíblemente el paso del tiempo para venir a contarnos historias: son oficialmente la representación figurativa más antigua que se conozca, de hace 45 500 años.
De repente, la solitaria cueva se ha llenado de académicos que insisten en estudiarla a fondo y su fotografía ha salido en cuanta revista de ciencias y arte existe. Sulawesi, al parecer, tiene mucho que contar.
El estudio resultante sobre esta obra, publicado en la revista Science, considera una idea renovadora: que la capacidad de crear arte figurativo que hace referencia al mundo real es mucho más antigua de lo pensado, por tanto, también las capacidades del cerebro de los homínidos.
La representación realista surgió antes de que el Homo sapiens emigrara de África y se dirigiera a Europa y Asia hace más de 60 000 años. Un descubrimiento que intriga por igual a antropólogos, arqueólogos e historiadores del arte.
«Si bien se ha encontrado arte abstracto en África que se remonta a hace 77 000 años, no se ha descubierto ningún arte figurativo más antiguo que los que hemos visto en Europa y en Indonesia», explica el profesor Maxime Aubert, coautor del estudio.
La pintura encontrada en la cueva de Sulawesi, realizada con pigmento ocre rojo oscuro, mide 136 centímetros de largo y 110 de alto, y representa, según los investigadores, al menos a tres cerdos verrugosos de Sulawesi. Dos huellas de manos sobre el lomo del cerdo que parece estar frente a otros dos ejemplares de esta especie, aunque de estos solo se conserva una parte.
Sulawesi representa una escena animal bien conservada y en tonos ocres. Fotos: BBC.
Lo curioso sobre el modo de datar esta obra es que fue posible gracias a una formación rocosa conocida como palomitas de maíz de cueva, la cual surgió sobre la imagen de uno de los cerdos y permitió la búsqueda de fecha sin afectar la pintura.
«Tuvimos la suerte de identificar un pequeño depósito de calcita que se había formado encima de una de las figuras de cerdo. Tomamos muestras de la calcita y la analizamos para la datación por series de uranio», ha explicado el profesor.
«Sorprendentemente, el trabajo de datación fue de hace 45 500 años para la calcita, lo que significa que la pintura en la que se formó debe ser cuando menos así de antigua», dicen los investigadores.
«En 2014 se informó de las primeras fechas para el arte de la roca del sur de Sulawesi. Basándonos en el análisis de la serie de uranio de los depósitos minerales (calcita) que se formaron naturalmente en el arte, mostramos que una imagen estampada de una mano humana encontrada en una cueva se creó hace al menos 40 000 años. Esto es compatible en edad con el famoso arte rupestre de la Edad del hielo en Europa», explican los autores del estudio (Basran Burhan, Adam Brumm, Adhi Oktaviana y Maxime Aubert) en un artículo en The Conversation.
«Las islas Wallacean están escasamente exploradas y la evidencia arqueológica excavada más temprana de esta región es muy reciente. Creemos que una mayor investigación descubrirá arte rupestre mucho más antiguo en Sulawesi o en otras islas Wallacean, que se remonta al menos a 65 000 años y posiblemente antes», sentencian los investigadores.
La pintura, explican, es la representación artística de una figura más antigua del mundo, pero no es el arte más antiguo producido por humanos.
En Sudáfrica existe un dibujo similar a un hashtag (#) que se cree que fue hecho hace 73 000 años y sería el dibujo más antiguo conocido.
El estudio de este tipo de obras revela cada vez más sobre las motivaciones y los movimientos migratorios humanos, pero también sobre la formación y capacidad de los cerebros.
En las últimas décadas el arte rupestre ha logrado el asombro al revelarse teorías verdaderamente «escandalosas». Si bien en los últimos años Sulawesi ha sido el tesoro del arte rupestre y sus estudios, para 2013 la tendencia renovadora en este campo la trajo en buena parte un estudio que confirmaba que los autores de las huellas rupestres eran en su mayoría… ¡mujeres!
El dato desmontaba la teoría bien asentada de que los primeros artistas eran hombres.
El arqueólogo Dean Snow, de la Universidad del estado de Pensilvania (Estados Unidos), analizó las huellas de manos encontradas en ocho cuevas de Francia y España, y tras comparar la longitud de algunos dedos determinó que el 75 por ciento de las huellas eran femeninas.
«Durante mucho tiempo se ha pensado que eran obras de hombres», afirmaba Snow. «Ha habido muchas suposiciones injustificadas sobre quiénes fueron los autores y por qué».
Muchos investigadores habían asumido que las obras conocidas eran de cazadores hombres, que plasmaron así sus hazañas. También existe la idea de que lo hacían por superstición, como una forma de garantizar el éxito de futuras cacerías. Sin embargo, el estudio sugirió lo contrario.
«En la mayoría de las sociedades de cazadores-recolectores los hombres se encargaban de la caza, pero a menudo eran las mujeres las que llevaban las piezas al asentamiento, por lo que estaban igual de implicadas en las cacerías que los hombres», explicaba el investigador.
Las revelaciones en las últimas décadas han llegado más lejos en cuanto a comprender mejor a los hombres —y mujeres— que plasmaban sus temores y deseos en las paredes rocosas de las cuevas.