El ahorro energético es esencial. Toca cambiar hábitos para intentar ser más eficientes con nuestro consumo. Y lo puedes conseguir, por ejemplo, si aprovechas al máximo la luz natural, si apagas las luces, aunque sean LED, cuando ya no estés en la habitación que iluminan. Pon las lavadoras por la noche o en la mañana, y plancha de una sola vez, deja para el final las prendas que quedan listas con el calor residual que conserva el aparato tras ser desconectado.