La regla de que los nombres propios se escriban con la inicial en letra mayúscula no siempre ha sido así
La regla de que los nombres propios se escriban con la inicial en letra mayúscula no siempre ha sido así. En la Grecia Clásica se escribía todo en mayúsculas. Y así fue hasta que se inventó la minúscula en tiempos del emperador Carlo Magno, en la búsqueda de un alfabeto más fácil de leer y escribir. Sin embargo, la mayúscula se mantuvo en distintos idiomas para diferentes situaciones. En el siglo XII, marcaba el inicio de un capítulo o párrafo y facilitaba la identificación de las personas citadas en transacciones y documentos. Fue tres siglos después, con la llegada del humanismo, que el uso de la capitular se impuso para distinguir los nombres propios de los comunes iguales (Rosa/rosa).