El mundo de las manualidades y el reciclaje creativo se nutre de simples ideas que devienen grandes soluciones
Así de Fácil te invita a reutilizar y unir varios fragmentos de tela para luego crear una pequeña obra de arte. Es una técnica llamada patchwork y ha atrapado a entusiastas de las manualidades en todo el mundo.
Aunque el origen del patchwork se lo disputan Inglaterra, Japón y Estados Unidos, no cabe dudas de que todo comenzó cuando algunos retazos de tela cayeron en manos creativas y convirtieron lo que parecía desperdicio en una nueva pieza útil y hermosa.
Las pequeñas piezas se colocan formando dibujos, secuencias, simetrías, y pueden tener forma cuadrada, triangulares, hexagonales o romboides. El tamaño lo decides tú, así como la composición y combinación de colores y texturas.
Pero confeccionar cojines, sobrecamas, bolsos, cortinas, manteles o agarraderas para la cocina no es la única utilidad de este trabajo manual, pues para muchos deviene también un pasatiempo y una terapia relajante con la que paliar el estrés de la vida cotidiana.
Durante los más de cinco añitos de vida que tiene nuestra sección Así de Fácil, hemos comprobado en disímiles ocasiones que vivimos rodeados de objetos cotidianos a los que podemos dar una segunda vida útil. El mundo de las manualidades y del reciclaje creativo se nutre de todos ellos y nacen así simples ideas que devienen grandes soluciones.
Uno de estos objetos a los que podemos ofrecerle otra oportunidad son los frascos de vidrio que todos tenemos en casa. Cualquiera de ellos servirá para hacer desde las creaciones más sencillas hasta las más complejas. Aquí te mostramos cómo reutilizarlos y convertirlos en recipientes con una nueva visualidad y usos en nuestra cocina.
Si quieres tener tus propios recipientes de cristal personalizados, en los cuales guardar granos y condimentos, es tan simple como añadir a la tapa un pequeño trozo de tela y ceñirlo con un cordón o hilo de colores. Puedes incrustarle botones y utilizar cintas y siluetas de alimentos, animales, flores, objetos diversos... Esta también pudiera ser una buena opción para tener algún detalle con tus seres queridos.
En este momento de aislamiento social, vamos a darle a un soplo más de vida a nuestra casa personalizando cojines, esas imprescindibles piezas en la decoración del hogar.
Muchas veces no llegamos a ser conscientes de hasta qué punto la inspiración en la naturaleza puede influir en el estilo de nuestros ambientes, desde los colores hasta las texturas; y desde cuadros y plantas hasta simples cojines, como estos que te mostramos hoy.
No será mucho lo que necesitarás: hilo, tela, pintura, cintas o tiras de colores... Si quieres obtener distintos tipos de relieve en el cojín, puedes combinar distintas técnicas, como dibujar la silueta de un árbol y luego agregarle hojas de tela.
Los que no sean diestros con el pincel, siempre podrán crear los mismos diseños con fragmentos de distintos tipos de tejidos. Para lograr texturas más llamativas, puedes emplear fieltro, saco de yute o parte del material de los accesorios que empleamos en casa para fregar, específicamente los de color verde, serán muy útiles para recrear las hojas de los árboles.
Recuerda que, en familia, crear es mucho más divertido.