Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La voluntad de poner a Cuba por delante

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

No hubo un solo espacio del 12mo. Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) donde se dejara de hablar de los desafíos a corto y mediano plazo de la organización, del alma y el espíritu joven y, sobre todo, del «ahora» como la inmediatez retadora que implica un tiempo breve en medio de tantas complejidades que vivimos. Ni en los momentos diseñados para el esparcimiento se desconectó el debate, que fue más allá del trabajo profundo en las comisiones.

Se discutió con pasión, cierto, pero a «camisa quitada», como solemos decir cuando ponemos todos los elementos sobre la mesa. Ningún proyecto puede triunfar sin escuchar con franqueza cada punto de vista, siempre y cuando traiga implícito el deseo del bien. Fue ese el primer mensaje que dejó la recién concluida cita de la juventud: escucharnos, para accionar luego de forma coherente.

La nueva generación tiene precisamente en su pluralidad el reto inmediato de unir fuerzas para edificar, sanar y hacer realidad los sueños pendientes. A veces suenan quiméricas las salidas, algo retóricas tal vez, cuando se repite que el alma joven emana de la raíz que significa el compromiso con Cuba.

El 12mo. Congreso dejó certezas importantes, transparentes en ese sentido, que echan por tierra cualquier retórica vacía. Es posible y, de hecho, quedó plasmado en el informe central del cónclave, construir un futuro prometedor con aquellos muchachos que sientan y amen a Cuba, que quieran aportarle a ella sin importar dónde estén.

Sabemos bien que romper mitos es cosa de jóvenes, del carácter irreverente que nos permea. Y si no, demos solo una mirada breve a los últimos cuatro años para comprender a fondo las épicas de una generación: nuestro país venció la COVID-19 con el apoyo de miles de estudiantes, recuperó lugares devastados por huracanes, y en muchas ciudades del mundo son también jóvenes cubanos quienes marchan o portan un cartel cada mes contra el bloqueo estadounidense.

Sin embargo, como el pensamiento mismo, las épicas crecen y evolucionan acorde con los tiempos. Luego del 12mo. Congreso de la UJC se avecinan batallas importantes y, con ellas, el reto de sacarlas adelante. Desenredar nuestra complicada madeja económica implica la participación juvenil. Nuevos escenarios aguardan entonces, sin importar a ciencia cierta quién porta o no un carné.

El propio Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dejaba como tarea prioritaria a los delegados el dar un fuerte combate por la incorporación de los jóvenes al estudio y el trabajo, porque la prosperidad que queremos nadie nos la va a regalar desde fuera: debemos construirla nosotros mismos en la práctica cotidiana.

¿Será relevante militar hoy? Sí, claro que lo es, pero la UJC guía no solo a aquellos que conforman la militancia. Le corresponde velar por la felicidad de todos los jóvenes: aquí y ahora. La organización no se empeña en vano en hacer palpable de manera progresiva la política integral de la juventud solo para el sector de la militancia: lo realiza para el beneficio certero de todos.

Tampoco las próximas batallas en el plano energético o productivo dependerán de unos pocos, sino de la capacidad generacional y el esfuerzo compartido para echar adelante el país. «Ahí se nos va la vida hoy, en las urgencias», diría uno de los delegados a la justa. Y es que, otra vez, la mística histórica vuelve a rondar a la juventud en busca de epopeyas.

Desde cualquier perspectiva, ahora toca hacer realidad cada aspiración planteada por las nuevas generaciones de cubanos en el 12mo. Congreso de la UJC, y cada voluntad que ponga a Cuba por delante, porque, como dijo el Presidente, «los desafíos siguen siendo enormes, ¡pero la Revolución cree en los jóvenes!».

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