Alrededor de las 10 de la mañana de este miércoles, no recuerdo la hora exacta, Sandy, mi perro pequinés, ladraba intensamente y con fuerza. Salí a regañarlo porque era molesto.
Cuando regresé frente a la computadora, una presilladora que estaba encima de la mesa empezó a caminar y la silla donde estaba sentado literalmente «bailó». Me asusté un poco, lo confieso, y ya estaba pensando en el más allá cuando por la red leo que era un sismo al norte de Honduras.
Me acordé del 2018, cuando salimos a la calle tras sentir un fuerte movimiento de la casa; pero esta vez no fue tan severo. Pregunté a los vecinos y solo la del tercer piso lo sintió… los perros no ladran por gusto.
* La red de estaciones del Servicio Sismológico Nacional Cubano registró un sismo reportado como perceptible a las 10:16 a.m. hora localizado en las coordenadas 16.754 grados de latitud norte y los –86.073 grados de longitud oeste, a una profundidad de 10.0 km y con una magnitud de 5.5, situado a 600 km al suroeste de la Isla de la Juventud.