Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un poco de coherencia es todo lo que pido

Autor:

Patricia Ballote Alvarez

A los amigos que por estos días no se cansan de llamar hipócritas a los que no piensan como ellos, de señalar terrible indiferencia donde lo que hay es diferencia en forma o contenido (incluso en ambos), sepan que eso, a mí por lo menos, no me parece muy coherente con la premisa de respeto que enarbolan. Y lo digo con tristeza.

No se puede pedir diálogo y llamar oportunista al primero que no piensa como ustedes, porque entonces estarán de acuerdo conmigo en que lo del diálogo suena a puro postureo.

Sé que es más fácil pensar que si no coincidimos es porque los demás no hemos entendido nada (del respeto al libre albedrío ni hablemos ahora) pero quiero creer también que en el fondo, muy en el fondo, saben bien que no es eso.

No se puede condenar los mítines de repudio barriales y luego pasarse el día en la tiradera de huevos virtuales contra el que todavía cree en la buena fe de las instituciones de este país; ni defender la libertad de expresión cuando lo que se ofende es un símbolo o un dirigente o funcionario en concreto, para después rasgarse las vestiduras y linchar públicamente al que hace un chiste políticamente incorrecto según el trending topic del momento.

No se puede hablar de represión del Estado y dejar la oración ahí, sin aportar ningún otro matiz. Ya no por respeto al cubano que no comparte ese criterio, sino por respeto a la memoria de Berta Cáceres, de Santiago Maldonado, de George Floyd, de los maestros de Ayotzinapa, por respeto a los cientos de chilenos que el año pasado se quedaron ciegos o tuertos por manifestarse.

Un poco de coherencia es todo lo que pido. Yo también tengo mi propio juicio sobre lo que es el oportunismo y la hipocresía y no voy escupiéndoselo a nadie por respeto, por no herir la susceptibilidad de quienes sé que están obrando de buena voluntad.

Pero pasan los días y no veo que nadie utilice esa bella frase de «defenderé tu derecho a decirlo» para defender el mío, para parar el bullying que se traen a cuenta de la espontaneidad. Entonces se defiende solo el derecho de ¿quién a decir qué?

Yo también hubiera ido de manera de espontánea al Parque Trillo sin que nadie me citara, porque espontáneamente creo aún en el sueño de esta Revolución, y creo en la justeza de los principios que la sostienen. Y creo además en todo el que actúa para que el día a día se parezca más a ese sueño.

Por eso creo en algunos de los que estuvieron en el MINCULT la otra noche. Pero no puedo posar en la misma foto del que celebra que eso fue solo el primer paso para tumbar la «Dictadura» (y no se me pongan metafóricos que todos sabemos lo que eso significa).

Quisiera, de verdad, pensar que para ustedes esas personas tampoco han entendido nada.

Yo creo que ya hemos tenido tiempo para masticar las ideas, quizás todo ese bullying tuvo algún sentido dentro de la necesaria catarsis, pero urge ya comenzar a hablar y actuar con sensatez y objetividad.

Respeto sí, pero para trabajar codo a codo, a camisa quitada, con el que de verdad crea en él; no para justificar el hacer causa común con quien ni siquiera los respeta a ustedes. Ni ustedes ni nosotros nos merecemos eso.

(Tomado de su muro en Facebook)

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