Primera: Aznar es indefendible en cualquier escenario donde haya al menos una persona amante de la verdad. Y allí al lado del Rey y Zapatero estaban nada menos que Chávez, Daniel Ortega, Carlos Lage, Evo Morales... y la lista sigue.
Segunda: Lo asombroso de lo ocurrido allí fue invocar al pueblo español para pedir respeto al democráticamente elegido Aznar —el mismo que involucró a España en el genocidio iraquí y mintió a sus conciudadanos en los atentados del 11 de marzo—, quien desde su tumba política no para de cacarear contra Chávez, Venezuela, Fidel, Cuba, Evo, Bolivia...
Tercera: Anotarse puntos ante la opinión pública de su país, gracias a un funesto personaje, suavemente llamado fascista, no fue el mejor papel para su defensor.
Cuarta: Quien tiene argumentos los expresa, los defiende, los razona, esté o no de acuerdo con los puntos de vista emitidos por el contrario. Las salidas más fáciles suelen estar acompañadas por la carencia de argumentos.
Quinta: Lo que pocos analistas y reportes de prensa observaron del incidente es que la famosa frase no calló a nadie, por el contrario, apareció un Daniel Ortega que les dijo: sus empresas expolian a nuestros países, la cosa no es contra ustedes, pues que yo sepa no tienen acciones en esas empresas.
Sexta: El nicaragüense puso el punto sobre las íes que habitualmente no se dicen en esos escenarios: tenemos buena parte de la culpa de lo que nos pasa, porque siempre aparecen los peleles de los yanquis, los presidentes que se pliegan en nombre de la «democracia», claro que era un diálogo Norte-Sur.
Séptima: Los cubanos, que vimos el debate completo, sabemos que el monarca se paró de su asiento cuando los dardos del sandinista volaban sobre su trono. O sea, su problema ya no era solo con Chávez.
Octava: A la opinión de Cuba, como era de esperar, los colegas de la prensa extranjera no le dieron realce, pero Lage fue certero: Chávez tiene derecho a defenderse..., Aznar anda por el mundo diciendo cosas mucho más fuertes de él y su pueblo... Se puede ser elegido democráticamente y convertirse en un asesino y terrorista como el presidente Bush..., lo sucedido no debe interpretarse como un asunto contra España y sus dirigentes actuales..., es expresión del nuevo momento que vive el mundo.
Novena: Esa última verdad es la que pretenden acallar los imperialistas y sus medios de comunicación: Las cumbres iberoamericanas dejaron de ser una pérdida de tiempo en protocolos y comidas, son otro escenario de la batalla de ideas que Cuba y Fidel vienen librando hace rato, ahora con verdaderos representantes de sus pueblos ocupando asiento al lado de posiciones pronorteamericanas.
Décima y última: Como otras veces ha ocurrido cuando la verdad empieza a rondar el plenario de una de esas cumbres, aparece un provocador de incidentes al que la «prensa» realza como «triunfador» en el altercado, sembrando la idea de que el otro fue el culpable. Pero la realidad es siempre más fuerte... y ya nadie podrá hacernos callar jamás.