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Rubio y Guaidó, entre pillos anda el juego

La semana pasada, el ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela, Diosdado Cabello, denunció que el Departamento de Estado había entregado más de 2 800 millones de dólares al sector radical de la oposición venezolana para financiar distintas acciones sediciosas e irregulares contra Venezuela, un monto que se suma al escándalo por los manejos turbios de fondos de la Usaid 

Autor:

Juana Carrasco Martín

El Gobierno de Venezuela ha denunciado nuevamente el sistemático saqueo de sus recursos, lo que ocurre desde hace más de una década, y ha revelado el monto del robo. Lo hizo en conferencia de prensa en Caracas el ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela, Diosdado Cabello: «Se ha robado la oposición fascista en Venezuela, por encimita, más de 32 000 millones de dólares».

La ocasión para el comentario de la autoridad venezolana se presta sola, una de las investigaciones que tiene en vilo a la clase política estadounidense: determinar el destino de los fondos que envió la estadounidense Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid) a los voceros de la extrema derecha de Venezuela.

El también secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), los calificó acertadamente: «Son unos pillos, nosotros lo hemos venido diciendo desde cuándo. Ahora andan preocupados allá en EE. UU. porque les puede llegar una operación que llaman “knock-knock”, allá en donde andan, y les van a preguntar, y les van a exigir y van a terminar muchos de ellos detenidos».

La semana pasada, señaló RT, Cabello denunció que el Departamento de Estado había entregado más de 2 800 millones de dólares al sector radical de la oposición venezolana para financiar distintas acciones sediciosas e irregulares contra Venezuela, un monto que se suma al escándalo por los manejos turbios de fondos de la Usaid y también comentó  que entre los investigados por estos robos estarían el autoproclamado presidente Juan Guaidó, Carlos Vecchio, Leopoldo López, Julio Borges, María Corina Machado, Edmundo González y Antonio Ledezma, entre muchos otros de la misma calaña.

El dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela también apuntó que el Wilson Center, otra institución de asesoramiento internacional que promueve la política exterior estadounidense, utilizó recursos de la controvertida Usaid para financiar en el 2023 las cuestionadas primarias de la oposición radical en Venezuela.

El tema permite hurgar en los archivos y encontrar otros datos interesantes de esa rapacería multimillonaria, que bien debieran salir en la investigación que el temido DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) anda haciendo en la Usaid y saca no pocos de sus trapos sucios como fomentadora del intervencionismo y la injerencia estadounidense, aunque no sea ese el propósito.

Si hacen bien la pesquisa, hay un problema grande en este caso venezolano, pues apuntaría al actual secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, hasta hace poco senador republicano por la Florida, y una de sus mayores triquiñuelas e infamias.

No está de más recordar que Rubio, promovió al ladrón principal de esos dineros, Juan Guaidó, al falso cargo de «presidente interino» durante la primera administración Trump y ahora mantiene que la nación bolivariana es «un enemigo de la humanidad», calificativo ridículo si no fuera por los verdaderos peligros que implica y al que suma con maledicencia a Cuba y Nicaragua.

Corría enero de 2019 y el entonces senador por la mafia anticubana y antivenezolana miamense, tras reunirse con Trump en la Casa Blanca, dijo: «Animamos al presidente (Trump) a que siga adelante con lo que ya ha declarado que Maduro es ilegítimo. El siguiente paso lógico es reconocer al presidente de la Asamblea Nacional como el presidente legítimo». El falsificado que mencionaba era Juan Guaidó y bien quisiera repetir con otro quimérico personaje, el inocuo Edmundo González, engendro inventado por María Corina.

Va saliendo a la luz la corruptela, por ahora se sabe que la Usaid, entre 2017 y 2019, entregó más de 700 millones de dólares en forma directa al prófugo usurpador y a supuestas Organizaciones No Gubernamentales de su preferencia e interés, apenas una pequeña porción del gran robo del siglo ejecutado por Washington contra Venezuela, miles de millones de activos de Citgo y otras empresas venezolanas en el exterior. Desaparecidos están más de 5 000 millones de dólares de utilidades anuales de la empresa Citgo que pusieron en manos de Guaidó y no se entregaron a Venezuela. «¿Dónde está esa plata?», preguntaba el presidente Nicolás Maduro. La lista de los beneficiados ya la dimos unos párrafos antes.

El expediente está abierto. Hay que indagar más sobre el caso. Pero una percepción salta a la vista, habida cuenta de que el ahora Secretario de Estado no ceja en su intención de subvertir y dividir a la América Nuestra y pretenden hacer méritos políticos a costa de sus intentos mantenidos de derrocar a los gobiernos legítimos de Venezuela, Nicaragua y Cuba.

Hago la interpelación porque está a la vista el carácter delincuencial de los políticos que se dicen cubano-americanos, Bob Menéndez, compinche de Marco Rubio en las maniobras anticubanas, ha sido sentenciado a 11 años de prisión por soborno y aceptar lingotes de oro, dinero y bienes lujosos como prebendas, y hasta de concesiones a gobiernos extranjeros por favores, aunque está apelando, quizá con la esperanza de obtener perdón presidencial por viles servicios prestados.

Si al corrupto exsenador de Nueva Jersey se le comprobaron tales fechorías, ¿acaso no pudiéramos pensar que el Marco Rubio de Miami también se haya untado con la sustracción alevosa de Citgo? Se lo dejo a los muchachos de Elon Musk y al FBI. Lo que sí está claro, y tratándolos con benevolencia, es que todos ellos son unos pillos redomados.

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