Allison-Riggs denuncio la hipocresía estadounidense. Autor: Prensa Latina Publicado: 09/12/2021 | 07:39 pm
WASHINGTON, diciembre 9.— Mientras el presidente estadounidense, Joe Biden, al oficiar hoy como anfitrión de una selectiva Cumbre por la Democracia, prometió 224 millones de dólares adicionales para contribuir a expandir su modelo de «democracia», miles de personas en Estados Unidos reclaman el respeto de su derecho al voto ante la ofensiva por socavarlo en las legislaturas estatales.
«No nos quedaremos de brazos cruzados ni dejaremos que nos quiten nuestro derecho al voto» y «nuestro derecho al voto no puede esperar», indicó la convocatoria a las marchas que tienen lugar este jueves en California, Georgia, Nueva York y Virginia.
Esto es #HipocresíaDemocrática, señaló el llamamiento en respuesta a la cumbre virtual de dos días que reúne —convocada por Biden— a más de un centenar de jefes de gobierno, activistas, periodistas y miembros de la sociedad para hablar de democracia, autoritarismo y corrupción.
Las manifestaciones a nivel nacional arrancaron el 6 de diciembre y se extenderán hasta el venidero día 13, reporto Prensa Latina.
Decenas de proyectos de ley sobre el voto fueron aprobados en asambleas estatales que redibujan los mapas electorales y recortan ese derecho para las minorias.
En el condado de Galveston (Texas), por ejemplo, se espera que un mapa aprobado recientemente por la junta del condado, controlada por los republicanos, elimine al único comisionado negro del condado.
Mientras en el de Lee (Carolina del Norte), un nuevo mapa aprobado redujo el número de votantes de las minorías en el único distrito de mayoría minoritaria del condado.
Tales medidas, junto con los esfuerzos de redistribución de distritos a nivel legislativo estatal, representan «un asalto total al poder político de los negros», dijo a la CNN Allison Riggs, codirectora ejecutiva de la Coalición del Sur para la Justicia Social.
«Estamos retrocediendo terriblemente», subrayó Riggs, quien trabaja en cuestiones de derecho al voto y redistribución de distritos.
Desde Filadelfia, la ciudad en la que se firmó en 1787 la Constitución de Estados Unidos, el propio Biden admitió el pasado 13 de julio que la nación se enfrenta «al mayor desafío de la democracia desde la Guerra Civil».
El mandatario hizo la afirmación ante las maniobras de los republicanos en los Estados en los que son mayoría para restringir el derecho al voto en todo el país, bajo el pretexto de aumentar la seguridad electoral.
Según declaró, la protección de este derecho constitucional es «el corazón que mueve su presidencia», pero hasta ahora nada pudo hacer para sacar adelante además la Ley del Voto en el Congreso y la llamada Ley de Derechos Electorales John Lewis.
De hecho, a finales de junio, la gran reforma electoral a la que aspiraba Biden, murió en el Senado incluso antes de debatirla.
Sin embargo, Biden prometió hoy que su gobierno con el apoyo del Congreso destinará 224 millones de dólares para contribuir a expandir su modelo de democracia.
Específicamente anuncio que ese dinero irá a partir de 2022 para la lucha contra la corrupción internacional, la promoción de medios de comunicación independientes y la defensa de elecciones «libres y justas», informó el mandatario al inaugurar este jueves la Cumbre por la Democracia, dijo PL.
Según Biden, la Iniciativa Presidencial para la Renovación Democrática, concentrará los esfuerzos de la diplomacia estadounidense y los programas de ayuda exterior para reforzar la resistencia democrática y los derechos humanos en todo el mundo.
Ese presupuesto de casi 500 millones se suma a los fondos que habitualmente el Departamento de Estado y entidades subordinadas a él, como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED), utilizan en su tarea de socavar política y moralmente a gobiernos progresistas.
China, que es una de las naciones no invitadas a la excluyente y selectiva reunión, cuestionó que Estados Unidos, nación polarizada y con tantos problemas internos, pueda dar lecciones a otros, y criticó los esfuerzos para obligar al mundo a copiar el modelo democrático occidental.
Analistas advierten que con la reunión la Casa Blanca pretende enmascarar las múltiples crisis a las cuales se enfrenta Biden internamente, pero en realidad el llamado a una cumbre sobre democracia evidencia la crisis de la hegemonía estadounidense.