La unión cívico-militar venezolana frustró la invasión cuyo fin era atentar contra el Gobierno Bolivariano. Autor: Misión Verdad Publicado: 05/05/2020 | 10:35 pm
Operación desembozada por donde quiera que se la mire: fueron los militares bolivarianos quienes, al capturarlos, les cubrieron nariz y boca con sus correspondientes nasobucos.
Los hombres pagados con dinero yanqui para atentar contra el Gobierno de Venezuela no iban preparados ni para la eventualidad de la Covid-19 en otro aliento, ni para ser capturados tan pronto como pisaron tierra venezolana por las playas de La Guaira. Otros serían atrapados por milicianos y policías en Chuao, y un tercer grupo se mantenía buscado todavía este martes.
Pero tampoco cubrieron, siquiera, las apariencias. Los métodos usados por los vendepatria como Juan Guaidó y por sus mentores del Norte, vuelven a transitar sin reparo los caminos trillados y manchados de sangre del terrorismo de Estado.
Fue Guaidó la cara presuntamente oficial que, con los billetes provenientes del Norte, pagó los servicios de la denominada Silvercorp USA, con sede en Florida.
En diálogo telefónico que dio a conocer el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, se devela incluso la existencia de un contrato del cual habla Jourdan Groudou, exmilitar de las fuerzas especiales estadounidenses y propietario de SilverCorp USA, una empresa especializada en seguridad de trabajos irregulares (o sucios), con el autodenominado Presidente interino. «¿Todo está bien?», le pregunta el gringo.
Los pagos establecidos a la contratista por ayudar a invadir a Venezuela ascienden a 212 900 000 dólares y contemplaban un primer pago de 50 millones de dólares, tomando como garantía el petróleo venezolano, trascendió. Y ¿de dónde saldría la plata sino de las arcas estadounidenses?
Mercenarios eran la carne de cañón. Posiblemente la estrategia también fuera similar a otras veces: que ellos marcharan delante y luego pidieran el respaldo de las tropas del Comando Sur, que para algo andan por el mar Caribe en operaciones falsamente bautizadas como antinarcóticos, y se ha acusado a Maduro de ser narcotraficante.
Otra vez también, sin embargo, los mal disfrazados esfuerzos intervencionistas han sido premiados con el fracaso: unas 13 personas vinculadas con el plan que pretendía asestar un golpe de Estado mediante el asesinato previo de Nicolás Maduro y otros altos funcionarios habían sido detenidas hasta este martes, mientras la búsqueda de otros complotados, prosigue.
Por si se duda del cuño, la identidad de otros dos participantes atrapados rebosa elocuencia: Luke Alexander Denman y Airan Berry son estadounidenses, y seguramente fueron alquilados junto con los servicios de SilverCorp.
Sus propósitos pudieron ser aún más arteros que los denunciados por los primeros capturados.
En un video grabado y publicado en las redes sociales por un grupo de los mercenarios antes de iniciar lo que llamaron Operación Gedeón, el que se identifica como Capitán Cliver Ibarra Robert —alias Pantera, quien se presenta como jefe y poco después resultó uno de los primeros ocho atacantes abatidos por las fuerzas bolivarianas—, proclama que su «misión principal es efectuar captura de los elementos que se encuentran usurpando el poder (…)», en tanto llama a la defección a los miembros de la Guardia Nacional y de la Policía, en procura de esa anhelada traición en masa de las fuerzas militares bolivarianas que Washington no ha logrado hasta hoy. Antes, «Pantera» había acudido con Guaidó a contratar los servicios de la compañía…
Los grupos armados, procedentes de Colombia, tenían previsto infiltrarse en territorio venezolano por vía marítima; desembarcarían por las costas de Macuto, en la región de La Guaira, al norte, y por las costas de Chuao, en ese mismo sentido y perteneciente al estado de Aragua.
Los efectivos iban en dos lanchas y, tras el desembarco, establecerían campamentos y entrenarían hasta hallar seguidores entre las fuerzas bolivarianas. ¡Toda una invasión! Sin embargo, calcularon mal la respuesta.
La acción remeda los más tristes planes de la historia reciente latinoamericana a merced de la prepotencia imperialista e incluso fue criticada por el viejo halcón y experto en intervenciones en América Latina, Roger Noriega.
Luego de censurar la manera burda y poco discreta en que se ejecutó el plan, Noriega objetó también la «falta de prudencia», y calificó la acción como el «Bahía de Cochinos venezolano».
El hombre que fungió como subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental durante la presidencia de George W. Bush tildó de «bufones» a quienes permitieron este intento militar fallido, y manifestó su esperanza de que los promotores no fuesen los que están en el poder en Estados Unidos… ¿Qué habrá pensado Donald Trump?
Trump asegura que no tiene nada que ver con lo sucedido en Venezuela.Foto: Misión Verdad Venezuela.
Trump asegura que no tiene nada que ver con lo sucedido en Venezuela.Foto: Misión Verdad Venezuela.