El Gobierno sirio recibe respaldo de la población. Autor: Getty Images Publicado: 23/06/2018 | 09:14 pm
El intervencionismo de Estados Unidos en Siria agoniza. Ya es imposible ocultar el fracaso del plan orquestado con sus principales socios de la OTAN para fragmentar al país árabe, derrocar al presidente Bashar al-Assad y plantar en Damasco un Gobierno sumiso y obediente a Washington.
Las señales de la derrota aparecen hasta en los propios enfoques de los mayores medios de prensa (e influencia política) estadounidenses, que admiten la consolidación del Gobierno de Assad y la incapacidad de Washington para inclinar a su favor la pulseada impuesta en marzo de 2011, durante la llamada «primavera árabe».
Un extenso comentario en The Washington Post, basado en las conclusiones de varios expertos en asuntos de Oriente Medio y testigos de la debacle, admitió esta semana, bajo el título: El mundo aprende a vivir con Assad, la virtual resignación de los aliados reunidos por la Casa Blanca en la llamada Coalición Internacional, que con el pretexto de combatir el terrorismo en Siria estableció alianzas con los llamados «rebeldes opositores», implantó bases militares, transfirió armas, municiones, asesores militares, apoyo financiero, logístico, de inteligencia y propagandístico.
El propio diario, muy allegado a los círculos de poder en la capital norteamericana, reconoció que el Gobierno de Assad tiene ahora el completo control de Damasco y sus populosos suburbios.
Añadió que el anuncio oficial marcó la culminación de una ofensiva contra lo que denominó «las posiciones de los rebeldes en torno a la capital, incluido el enclave de Ghouta Oriental, que se mantuvo durante media década hasta sucumbir a principios de este año».
Las fortalezas de la oposición armada —añadió— ahora se limitan a la provincia de Idlib en el norte, que limita con Turquía, y Daraa, en la frontera jordana.
The Washington Post reconoció que Assad tiene completo control de los tres principales centros metropolitanos del país: Damasco y sus alrededores, Homs y Aleppo. La carretera que los une se está reconstruyendo y proporcionará una ruta segura para los soldados del Gobierno que se dirigen a las restantes líneas del frente.
En un recurso para atribuir a otro la comprobación del fracaso del Pentágono en Siria, el diario capitalino citó a Steven Simon, un exfuncionario de la administración de Barack Obama, quien escribió: «El régimen ha mantenido su valor durante toda la guerra civil, incluso cuando la oposición eliminó a casi todo el gabinete de guerra sirio en 2012 con una bomba inteligentemente colocada, y cuando en la primavera de 2015 Palmira y Jisr al-Shughour cayeron ante los rebeldes que al mismo tiempo tenían sitiada a Alepo».
Simon no oculta su admiración por las acciones de los terroristas a los que llama «opositores moderados», pero debió admitir que el gobernante sirio se burló de las amenazas de las administraciones Obama y Trump, sobrevivió a un programa encubierto de la CIA para armar a los «rebeldes» y resistió los ataques de misiles estadounidenses a los aeródromos sirios.
«El escenario está listo para una anulación final de la rebelión», concluyó el periódico de Washington. Esto quiere decir que el Gobierno sirio, apoyado por Rusia, Irán y el movimiento libanés Hizbolah, restablece la integridad territorial amenazada, recupera la soberanía y el ejercicio de la autodeterminación.
En recientes entrevistas a medios periodísticos británicos y rusos, el presidente Bashar al-Assad ha reiterado el llamado a Estados Unidos para que retire las tropas estacionadas en regiones del sur, sudeste y noroeste de Siria.
En una entrevista concedida a la televisora estatal rusa RT, después de su más reciente encuentro con Vladimir Putin, Assad llamó a Washington a aprender la lección de Irak y abandonar Siria.
Sin descartar la posibilidad de enfrentamientos con fuerzas estadounidenses si no salen de Siria, Assad prometió recuperar el territorio donde han sido desplegadas tropas estadounidenses, ya sea mediante negociaciones con los aliados sirios de Washington o por la fuerza.
En Siria no hay una «guerra civil», enfatizó Assad, sino que «mercenarios sirios y extranjeros son pagados por Occidente para derrocar al Gobierno».
«Sin la interferencia externa, no se tardará más de un año en normalizar la situación en Siria», afirmó el Presidente.
«Con cada avance en el campo de batalla, con cada victoria y cada zona liberada, nos acercamos al final del conflicto», agregó el mandatario.
En algunas áreas de Damasco se han logrado éxitos gracias a la reconciliación, señaló Assad, son las zonas donde las comunidades presionaron a los milicianos para que se fueran. «La mejor opción, puntualizó, es la reconciliación, ese es nuestro plan».
La alegría resurge poco a poco en Siria. Foto: El País
El Presidente sirio goza de gran popularidad en el país. Foto: 3BP
Assad demandó a Estados Unidos abandonar Siria. Foto: Hispantv
El ataque con misiles a Damasco por Estados Unidos, Francia y Reino Unido fue repelido por los sistemas de defensa. Foto: AP