El importante papel que juegan los liderazgos y los tiempos políticos en los procesos de cambio que se verifican en América Latina; los peligros que entraña la demora en su radicalización así como el peso que tienen en su desarrollo la cultura política local, el desempeño económico de esos nuevos Gobiernos y su vínculo con las bases así como la fortaleza de estas, fueron algunos aspectos abordados durante uno de los más interesantes paneles de la III Conferencia de Estudios Estratégicos Transición hacia un nuevo orden internacional, desafíos, amenazas y oportunidades, clausurada la víspera.
La cita propició la indispensable mirada académica al mundo mediante el examen de asuntos tales como los desafíos que enfrentan los movimientos sociales y las fuerzas políticas progresistas y de izquierda frente a la ofensiva de la derecha internacional, y el rol que en ese marco deben jugar los medios de comunicación y los intelectuales.
La política interna y exterior de Estados Unidos bajo la administración Trump, la renovada relación entre la Unión Europea y Cuba, los límites y las perspectivas de la integración en el Caribe, así como los desafíos de la concertación, la cooperación y la integración regional, y los escenarios de la economía internacional a mediano plazo y sus impactos previsibles para nuestro país, fueron otros temas tratados, junto a problemáticas puntuales como el crecimiento de las migraciones y de la presencia de las bases militares de EE. UU. en esta parte de nuestro hemisferio.
Una treintena de paneles, muchos de los cuales transcurrieron de manera simultánea desde el día 11, propiciaron el conocimiento y las reflexiones, y pusieron otra vez de manifiesto lo oportuno del encuentro y la necesidad de otros como este en un momento en que, al menos en la región latinoamericana y caribeña —es la opinión de esta periodista— parece menester reforzar el debate para la acción concertada de las fuerzas de cambio, con la fusión de esfuerzos del mundo académico e intelectual, los medios de comunicación, las organizaciones políticas y los movimientos sociales y populares.
En la última jornada del evento también sesionó el panel acerca de la Red en Defensa de la Humanidad y la postura de los intelectuales, artistas y movimientos sociales ante este orden internacional en transición.
En esos análisis afloraron, entre otros, criterios que expusieron la necesidad de desarrollar campañas globales movilizadoras de la vida de los pueblos y que «hagan» confrontación ideológica», así como de que los intelectuales ayuden a reconstruir la confianza que hayan perdido sectores de la población latinoamericana, y hacer que «cuajen» las posibles vías de salida frente al reposicionamiento hegemónico en algunas de sus naciones.
La Conferencia fue convocada por el Centro de Investigaciones de Política Internacional, con el coauspicio del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de la Habana y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso),y tuvo la presencia de experimentados y prestigiosos investigadores y analistas de Cuba y de naciones de Latinoamérica, Europa, Asia, África, Asia y el Medio Oriente. Se dedicó al 50 aniversario de la caída en combate del Che y a los 50 años del Consejo Latinoamericano que celebró así, aquí, la importante fecha.