Las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército de Pueblo (FARC-EP) y el gobierno de Juan Manuel Santos continúan este jueves aquí los diálogos para buscar una salida política a más de medio siglo de conflicto armado en ese país.
Delegaciones de ambas partes intentan acercar posturas en asuntos controversiales como el cese el fuego bilateral, la dejación de las armas, y las garantías para la reinserción segura a la sociedad de los combatientes, en medio de denuncias sobre resurgimiento y proliferación del paramilitarismo.
Al iniciar el actual ciclo de conversaciones, la delegación de las FARC-EP aseguró que bajo el azote de ese fenómeno no habrá paz en Colombia, e instó al gobierno de esa nación suramericana a actuar para eliminar el flagelo.
En un comunicado leído por el vocero insurgente Pablo Catatumbo, las FARC-EP denunciaron que «mientras se anuncia la inminente firma de una Acuerdo Final de Paz, las fuerzas políticas ultramontanas y sus grupos criminales de choque preparan y festejan de antemano un nuevo baño de sangre para Colombia».
El Comandante guerrillero aseveró que no puede postergarse más en la Mesa de diálogos el acuerdo sobre Paramilitarismo y Garantías de Seguridad, informó PL.
En medio de estas tensiones, las partes deberán acercar posturas sobre los asuntos referidos al Fin del conflicto, para luego iniciar la discusión del último punto de la agenda: los mecanismos de implementación, verificación y refrendación de un eventual acuerdo definitivo de paz.
Desde el inicio de estos debates, hace tres años y medio, esas delegaciones lograron consensos en los temas de Desarrollo agrario integral, Participación política, combate a las Drogas ilícitas y narcotráfico, y Víctimas.