Quince años después de la implementación del llamado Plan Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) reiteraron el fracaso de esta política instaurada por Estados Unidos en la nación sudamericana, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico.
El insurgente Pastor Alape señaló este miércoles que Washington debería contribuir a financiar la paz luego de que la estrategia norteamericana provocó una dolorosa tragedia nacional.
Diseñada mediáticamente como una maniobra antidrogas, la ofensiva —en la que Estados Unidos invirtió unos 10 000 millones de dólares en estos tres lustros— fue en realidad un artificio para aniquilar a las FARC-EP bajo la justificación de supuestos vínculos de la insurgencia con el narcotráfico, destacó.
El portavoz de la guerrilla detalló que el acuerdo bilateral, firmado durante los Gobiernos de Andrés Pastrana y William Clinton, solo contribuyó en realidad al aumento del número de víctimas, extendió a más de siete millones los desplazados, provocó un alto número de ejecuciones extrajudiciales por parte de los militares —los llamados falsos positivos— e incitó a la guerra y al odio dentro de toda la nación.
«Un país que ha estado comprometido con el conflicto en Colombia, debe también de comprometerse con construir una nueva era con recursos para la paz, para la reconciliación y la prosperidad», resaltó.
Según la prensa colombiana, este 4 de febrero, fecha en la que se instauró el Plan Colombia hace 15 años, está previsto un encuentro en Washington entre el presidente norteamericano, Barack Obama, y su homólogo Juan Manuel Santos, quienes conversarán —según la prensa colombiana— sobre los diálogos de paz que se siguen en La Habana y que deben culminar con la firma del cese definitivo de las hostilidades el próximo 23 de marzo.
Obama pedirá este jueves al Congreso un nuevo desembolso para ayudar a la nación sudamericana en el posconflicto para el 2017. La asignación para el año actual es de 310 millones de dólares.
Desde la capital estadounidense, Santos se mostró optimista de poder culminar el proceso de paz en la fecha prevista, aunque no descartó que esta pudiera alargarse un poco más. Ambas partes, afirmó, están «comprometidas y entusiasmadas en tratar de firmar en esa fecha».
En respuesta a un informe de la organización estadounidense Human Rights Watch, que calificaba al acuerdo de paz en Colombia de «piñata de impunidad», el mandatario descartó que los responsables de crímenes de lesa humanidad durante el conflicto en su país escapen ilesos tras el acuerdo de paz, el cual cumplirá los estándares internacionales de justicia, según recoge la mayoría de la prensa de Colombia.
Los máximos responsables de violaciones de los derechos humanos, de cualquiera de las partes, pasarán por el sistema de justicia para ser juzgados, condenados y sancionados, reafirmó.