Monseñor Romero nació en una familia humilde de El Salvador el 15 de agosto 1917, en Ciudad Barrios departamento de San Miguel (este) y durante toda su vida fue un inagotable luchador de los derechos humanos. Autor: Telesur Publicado: 21/09/2017 | 06:10 pm
SAN SALVADOR, mayo 23.— Oscar Arnulfo Romero, el asesinado arzobispo de San Salvador y considerado «la voz de los sin voz», fue proclamado beato de la Iglesia Católica este sábado, a 35 años de su muerte, en una ceremonia que contó con la presencia de millares de personas.
Foto: Telesur.
El ritual que elevó a Romero a los altares católicos se realizó con un intenso repicar de campanas y en medio de un ambiente festivo que reunió a más de 200 000 fieles de todo el mundo, relató AFP.
«En virtud de nuestra autoridad apostólica facultamos para que al venerado siervo de Dios, Oscar Arnulfo Romero, obispo, mártir, pastor según el corazón de Cristo, evangelizador y padre de los pobres, testigo heroico de los reinos de Dios, reino de justicia, fraternidad y paz, en adelante se le llame beato», proclamó el cardenal Angelo Amato, enviado especial del Papa Francisco.
Amato declaró como fecha de la fiesta del nuevo beato el 24 de marzo, por ser «el día en que nació para el cielo», en una referencia al día de su asesinato a manos de la extrema derecha.
El acto fue saludado por los asistentes con un prolongado aplauso, mientras era develado un gigantesco retrato de Romero entre gritos de júbilo de una multitud entusiasta que coreaba vivas a su pastor y levantaba pequeñas estampas.
La ceremonia se extendió por dos horas y 40 minutos, y concluyó con la lectura de textos de varias homilías de Romero, entre ellas, la que pronunció la víspera de su muerte y a la cual muchos consideran el motivo por el que poder militar y económico ordenaran su ejecución: «En nombre de Dios, pues, y en nombre de éste sufrido pueblo cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!».
Su muerte fue considerada por el Vaticano como un «martirio por odio a la fe», lo que allanó el camino para su beatificación.
A la celebración también asistieron delegaciones oficiales de varios países latinoamericanos, incluyendo los presidentes Rafael Correa, de Ecuador, y Juan Carlos Varela, de Panamá, así como el Primer Vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
Desde Caracas el presidente Nicolás Maduro recordó la vida y lucha de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, a quien definió como un hombre «que abrazó la causa en defensa de los humildes, en tiempos en que el continente estaba sometido a dictaduras militares que gobernaban bajo el odio, el crimen, el miedo y la represión», destacó AVN.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, en una misiva a su homólogo salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, se unió a la gran celebración y señaló que Romero no solo resucitó en el pueblo salvadoreño, sino también en toda Latinoamérica, que reconoce en él tanto «el misterio divino como la fraternidad de las utopías de ayer y las realidades de ayer». Resaltó además, dijo Telesur, el esfuerzo del Papa Francisco para concretar la beatificación de Monseñor Romero.
AFP agrega que el presidente estadounidense Barack Obama expresó también su regocijo por la beatificación del prelado salvadoreño, a quien definió como una personalidad «inspiradora» para todo el continente americano.