Según trascendió, se avanzó en las conversaciones. Autor: Ismael Francisco Publicado: 21/09/2017 | 06:10 pm
WASHINGTON.— Este viernes Cuba y Estados Unidos prosiguen en esta capital las conversaciones sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas, tercera ronda de negociaciones que estaba programada para el jueves 21.
Yuri Gala López, director de Temas Bilaterales de la Dirección General de Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, declaró brevemente a la prensa de la Isla en la sede de la Sección de Intereses de nuestro país en Washington que durante este jueves, ambas delegaciones tuvieron una reunión prevista que comenzó a las nueve de la mañana y concluyó a las 4:30 de la tarde.
Yuri Gala López, director de Temas Bilaterales de la Dirección General de EE.UU. del Minrex.
«Se ha avanzado en las negociaciones y mañana a las nueve de la mañana se retomarán las conversaciones», anunció Gala López sin hacer ningún otro comentario. Mucho más breve fue la declaración de la vocera del Departamento de Estado, Marie Harf: «Las reuniones han terminado por hoy. Continuarán mañana, seguidas de acceso de prensa».
Poco después una nota entregada en la Sección de Intereses de Cuba en Washington anunciaba oficialmente que se habían restablecido los servicios bancarios a esta sede, «lo cual garantizará el normal funcionamiento de la misión diplomática cubana y permitirá reanudar plenamente los servicios consulares que esta brinda».
A partir del 21 de mayo, agregaba, «los ciudadanos cubanos, estadounidenses o extranjeros radicados en los Estados Unidos que requieran servicios consulares, podrán realizar los trámites a través de las agencias que tienen contratos con la oficina consular de la Sección de Intereses de Cuba, o directamente con su sede en Washington, D.C.».
El tema era un reclamo cubano desde hacía más de un año y la inusual situación había sido provocada por la reticencia de entidades financieras de mantener vínculos con Cuba por temor a las sanciones multimillonarias con que los Departamentos del Tesoro y del Comercio han castigado a empresas bancarias, al amparo de las leyes del bloqueo.
Un Banco de la Florida, el Stonegate Bank, dará los servicios a las entidades diplomáticas cubanas en Washington, con lo que se da solución a una situación que Cuba calificaba de inusual.
Recordemos, además, que el 29 de mayo entrará en vigor la decisión de justicia del presidente Obama de excluir a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, donde fue incluida desde 1992.
La nueva ronda de negociaciones entre Cuba y Estados Unidos para el restablecimiento de relaciones diplomáticas, en la que se esperan pasos sustanciales para la apertura de las embajadas respectivas en La Habana y Washington, estaba prevista para este jueves y ha sido prolongada, lo que aumenta la expectativa aquí, donde constituye tema de las informaciones y análisis de los principales medios estadounidenses.
De la tercera ronda
A las nueve de la mañana de un día gris y lluvioso en esta capital, ya estaban en el Departamento de Estado, sentadas frente a frente, las delegaciones encabezadas por dos avezadas diplomáticas, Josefina Vidal, directora general de Estados Unidos de la Cancillería cubana, y Roberta Jacobson, secretaria adjunta de Estado para los Asuntos del Hemisferio Occidental, para conversar sobre la agenda.
Apenas entraron los periodistas gráficos para dejar constancia en imágenes de este encuentro y ya estábamos a la espera de cualquier trascendido sobre lo que pudiera estar sucediendo, que mucho tiene que ver con el devenir de dos países vecinos que hasta ahora se han llevado muy mal, pero que desde el pasado 17 de diciembre sus Presidentes decidieron darle una posibilidad a la convivencia pacífica y avanzar por un camino diferente al que Estados Unidos impuso con una política en extremo agresiva.
Ahora se impone hacer las paces, sin que ello signifique ocultar que todavía permanece como espada de Damocles sobre Cuba, el terrible bloqueo de 56 años, destinado —por confesión del pecado original—, a doblegar por hambre al pueblo cubano y destruir su Revolución.
Las negociaciones, que alternativamente se han celebrado en La Habana y en Washington, tienen un requisito inviolable, hay respeto absoluto, profesionalidad y un acatamiento total a la igualdad y la independencia de las partes. Son productivas, comentan algunos.
Rosa Míriam Elizalde, de Cubadebate, en su Minuto a minuto, decía a las 8:57 de este jueves 21 de mayo, a tres minutos de comenzar el diálogo: «Comentamos aquí, en la informal sala de prensa en la sede de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington —donde nos encontramos los periodistas acreditados a esta ronda—, cuánto ha cambiado la retórica sobre Cuba en Estados Unidos, adaptada a los nuevos tiempos: se habla, por primera vez en más de 50 años, con respeto y las imágenes son nobles. Raúl comenzó a ser “el Presidente cubano” y nuestra Isla, un lugar “prometedor” para los viajes de los estadounidenses».
Los más importantes medios de Estados Unidos tienen el tema entre sus principales noticias, y el influyente The New York Times abrió su portada de este jueves con este titular: U.S. and Cuba Meet for Talks to Fully Restore Diplomacy (EE.UU. y Cuba se encuentran para conversar sobre el completo restablecimiento diplomático).
A nuestra improvisada salita de prensa en la Sección de Intereses de Cuba en Washington, llegaron nuestros gráficos a media mañana, los «privilegiados» que pudieron entrar al menos cinco minutos en el salón del encuentro a puertas cerradas; y apuntaba Ismael Francisco que, en el caso de las reuniones en Washington, es la primera vez que pequeñas banderas de Cuba y Estados Unidos presidían la mesa. También, las sonrisas en las caras de las negociadoras para esas fotos dejaban constancia de páginas para un libro de historia sobre las relaciones Cuba-Estados Unidos.
Este simple comentario «dio trigo» para que en los sitios digitales de Prensa Latina, la AIN, Granma y en el nuestro, Juventud Rebelde, así como en las redes sociales, se pusieran estos «detalles».
A Obama le gustaría visitar La Habana
En un briefing inédito por la participación de diez periodistas de los medios cubanos, el vocero de la Casa Blanca reconocía que es beneficioso para Estados Unidos el acercamiento a Cuba y que a Obama le gustaría visitar la Isla.
«Sé que (al presidente Barack Obama) le daría mucho placer visitar la Isla y en particular La Habana», así dijo Josh Earnest, secretario de Prensa de la Casa Blanca, durante su briefing al mediodía de este jueves, cuando la más joven de los periodistas cubanos hizo la pregunta.
En la Sala de Prensa James S. Brady, lo que debía ser un contacto breve y habitual con los medios estadounidenses y otros acreditados permanentes, se extendía más de lo acostumbrado cuando los reporteros insistían en preguntar sobre Siria, Iraq, la presencia estadounidense en esas zonas de conflicto bélico contra el autoproclamado Estado Islámico, y algún que otro tema de la política internacional, como los vínculos con Túnez, a cuyo presidente Obama estaba recibiendo momentos del comienzo del encuentro con la prensa.
En las siete filas de butacas del salón Brady se levantaban las manos, pero solo llegó la vista hacia el fondo, cuando pasaba ya una hora de preguntas y largas respuestas, para darle la palabra al corresponsal de Yahoo News, Oliver Knox, quien utilizó la oportunidad para solo significar que estaban presentes periodistas cubanos, por primera vez en prácticamente medio siglo, y podrían tener preguntas.
Cristina Escobar, enviada especial de la Televisión Cubana a la cobertura de la tercera ronda de conversaciones Cuba-EE.UU., con su buen inglés, lanzó dos interrogantes que estaban también en la agenda de sus colegas aquí.
La segunda confirmaba revelaciones ya hechas anteriormente: al presidente Obama «le entusiasmaría la oportunidad» de viajar a Cuba antes de que concluya su mandato en enero de 2017.
Por supuesto, no había sido esa la primera pregunta, ya Earnest había dicho: «El Presidente dijo en diciembre, cuando se anunciaron los cambios hacia Cuba, su intención de trabajar con el Gobierno cubano para abrir una Embajada norteamericana en Cuba, y una Embajada cubana aquí en Estados Unidos. Esta es la intención».
El Secretario de Prensa de la Casa Blanca aseguró que el acercamiento con Cuba pudiera representar un mercado para los productos estadounidenses.
El secretario de Prensa de la Casa Blanca apuntaba también sobre el diálogo que transcurre en el salón George Marshall del Departamento de Estado, que es beneficioso para Estados Unidos el acercamiento con Cuba, porque pudiera representar un mercado para los productos estadounidenses.
Aunque no podía faltar la postura habitual de expresar «el cambio que nos gustaría ver en Cuba» y las alusiones a supuestas faltas de libertades de los cubanos y los derechos humanos.
Sin embargo, quizá por actitud diplomática, cuando la periodista cubana se presentó para hacer sus preguntas, Josh Earnest le dijo sonriente: «Bienvenida a la Casa Blanca», y esto era también para el equipo de la prensa cubana.
Luego de ese «intercambio» se dio por terminada la conferencia de prensa del vocero de la mansión ejecutiva de la Avenida Pennsylvania de Washington.
Mientras tanto, en el Departamento de Estado…
Apenas a unas cuadras de distancia, en la Sala George Marshall del Departamento de Estado, en una jornada que duró más de siete horas, las delegaciones encabezadas por Josefina Vidal y Roberta Jacobson protagonizaban el proceso para el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Hay puntos en la agenda que se discuten desde las rondas anteriores, como el cumplimiento de las Convenciones de Viena sobre el funcionamiento de las futuras embajadas y el comportamiento del personal diplomático, en el que la Cancillería cubana defiende estrictamente su letra, lo cual significa que no haya injerencia en los asuntos internos y tampoco actividades subversivas.
El apego a estos principios podría definirse y con ello, quizá otra definición: fecha de la apertura de las embajadas en La Habana y Washington, aunque no trascendía absolutamente nada de este punto.
Los periodistas sabemos que desde hace días el asta de la bandera en el edificio de la SINA en el Malecón habanero fue restaurada y parece esperar por el blasón de las barras y las estrellas.
En Washington, comprobábamos que afanosos trabajadores, muchos de ellos inmigrantes latinos, daban toques finales a la restauración del edificio de la calle 16 No. 2630, porque el vetusto palacete, construido como Embajada de la República de Cuba en 1916, está a solo meses de cumplir su centenario.
Esa data justifica el cuidado a la bella casona que es Patrimonio Arquitectónico de Washington D.C. También lo haría posible si se aproxima —tal y como se espera— que la bandera de la digna estrella solitaria ondee libre allí, significando que ya es sede de una Embajada.
Pero nadie se llame a engaño, aun si este fuera un resultado próximo, la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos deben esperar un largo, complejo y complicado camino que pasa, necesariamente, por el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero; por eliminar las alambradas que marcan la ocupación del territorio cubano del sur oriental donde impera la Base Naval de Guantánamo; que cesen las transmisiones ilegales de radio y televisión hacia la Isla, y deje de ser objetivo de la subversión que apuesta a un «cambio de régimen» en la Mayor de las Antillas.
El centenario edificio de la Sección de Intereses de Cuba está siendo restaurado.
No importa que aquí el día sea gris y la lluvia moje las calles y casi nos haya calado hasta los huesos, acompañando a una inesperada temperatura de 11 grados que nos esperaba a la salida de la Casa Blanca. Esa agua baña el magnífico verdor de la ciudad, donde ya florecen rosales, como los que engalanan la sede de la Sección de Intereses de Cuba en Washington.
Mientras tanto, ambos países, Nuestra América y el mundo esperan…
Detalles de la Sala de Prensa
James Scott Brady, cuyo nombre lleva la Sala de Prensa de la Casa Blanca, fue asistente del Presidente y Secretario de Prensa bajo el mandato de Ronald Reagan. El 30 de marzo de 1981, durante el intento de magnicidio contra Reagan, protagonizado por John Hinckley Jr., en el que fueron heridas cuatro personas, Brady recibió los disparos que lo dejaron en silla de ruedas. Desde entonces fue un vehemente abogado del control de armas, lo que no ha podido hacerse ley en Estados Unidos por el empuje de la poderosa Asociación Nacional del Rifle. Brady murió el 8 de agosto de 2014 y su fallecimiento calificado de homicidio.