Ernesto Villegas (izquierda) junto al actor y conductor Winston Vallenilla, candidato a la alcaldía del municipio de Baruta, en uno de los grandiosos actos celebrados en la capital venezolana. Autor: Yaimí Ravelo Publicado: 21/09/2017 | 05:42 pm
CARACAS.— Una camioneta pasa con un altoparlante por la céntrica avenida México. Lanza a los apurados transeúntes y a centenares de conductores que luchan contra la congestión urbana un ritmo contagioso, mezcla de reguetón y merengue: «Ernestooo Villegas, palante contigo, cazando vampiros... »
Algunos no se dan por enterados, otros prestan atención al estribillo y hasta lo bailan. En una esquina un cuarteto de motorizados habla del tema que inspira la canción: las elecciones municipales de este domingo en la República Bolivariana de Venezuela, en las que se escogerán 335 alcaldes, dos alcaldes metropolitanos (el de Caracas y el de Alto Apure) y 2 455 concejales.
Pero en medio de la conversación pasa otro vehículo con bocinas que disparan una arenga muy diferente: «Somos el progreso, somos mayoría. Vota por Antonio Ledezma como alcalde metropolitano».
El primer bocinazo hace referencia al candidato del Gran Polo Patriótico (GPP), un reconocido periodista y ex ministro de Comunicación e Información; el segundo alude a un veterano camaján de la vieja política, actual Alcalde Mayor de la ciudad capital, no en balde apodado El Vampiro.
Así han sido estos días en algunas calles de Caracas y muchas otras ciudades de este país. El proyecto bolivariano y el capitalista neoliberal de la derecha vuelven a chocar velada o abiertamente, aunque sin incidentes.
El domingo pasado, por ejemplo, cerca del céntrico parque Los Caobos, se instaló durante todo el día una tarima con música en vivo a la que acudieron centenares de personas para apoyar a Villegas y al alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, quien aspira a la reelección en ese populoso territorio. Sin embargo, por la tarde, un grupo numeroso de motorizados y conductores de autos, portando banderas blancas y amarillas, desfilaron muy cerca de ese parque y atravesaron una avenida cercana para respaldar a Ledezma y a los cinco candidatos derechistas de los municipios que componen la Gran Caracas: Libertador, Sucre, El Hatillo, Chacao y Baruta.
Por cierto, estos tres últimos, ubicados al este y que forman parte del estado de Miranda, han sido tradicionales bastiones de la oposición; por eso la batalla electoral será demasiado complicada a pesar de la pésima gestión de sus acaldes actuales, y de la seriedad de los candidatos del GPP: Miguel Ángel Mariño, la ex ministra de Turismo Olga «Titina» Azuaje y el popular conductor y actor Winston Vallenilla.
En cuanto a Sucre, igualmente perteneciente a Miranda, cuyo aspirante por el bando chavista es el ex pelotero y cantante Antonio «El Potro» Álvarez, la contienda también se torna compleja, al margen de la incompetencia del gobernante de turno, el opositor Carlos Ocariz, quien aspira a mantenerse otro período; es decir, hasta 2017.
Pero no solo en la capital la lucha resulta dura...
Amenazas y estrategias
En cualquier otra nación unas elecciones municipales no levantarían tanta expectación y alharaca mediática como en Venezuela. Pero este país, que vive de votación en votación, es epicentro de procesos que desbordan sus fronteras y los resultados de este domingo pudieran tener consecuencias para la vida política del país y más allá.
La oposición, guiada por la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD), ha tratado de vender la idea —por sus incontables consorcios mediáticos acólitos— de que esta elección se va a convertir en un plebiscito nacional para impulsar el derrocamiento del presidente constitucional electo por el pueblo, Nicolás Maduro.
Incluso, la cabeza visible de la derecha, el desgobernador del estado de Miranda y perdedor en las presidenciales de abril, Henrique Capriles, llegó a lanzar una tremebunda amenaza al Jefe de Estado, cuando hace unos días escribió que después del 8 de diciembre (8-D) «voy por ti…» aunque aclaró que con «la Constitución en la mano», en un intento de desmarcarse de su acreditado talante golpista.
Dejando, como muchas veces, su silla de Gobernador vacía, ha recorrido varias poblaciones en apoyo a sus candidatos. Hasta fue a recibir al aspirante a la alcaldía de Valencia (estado de Carabobo), el empresario de ascendencia italiana y diputado de la Asamblea Nacional, Michele Cocchiola, cuando este —enredado en actos de corrupción y usura— retornó de Miami «de ver a un nieto».
El discurso del «líder» se ha basado en la invitación constante a sus partidarios a demostrar que «somos mayoría» y «probarle» al Gobierno, con el voto, que «no queremos más colas, apagones, inflación e inseguridad»; circunstancias mayormente provocadas por la guerra económica de la propia derecha. Además esa perorata es demasiado contradictoria, luego de las descalificaciones que el mismo Capriles emitiera a raíz de los resultados del 14 de abril sobre el Consejo Nacional Electoral.
Pero la denominada MUD. sabe que —aun en sus cálculos más optimistas— no dominará el mayor porcentaje de las alcaldías. Su estrategia está orientada a ganar en las ciudades más populosas para luego salir a vociferar a los cuatro vientos que sus candidatos –algunos se han deslindado de la Mesa— obtuvieron el mayor número de votos.
Para eso ha acudido a divulgar incontables encuestas favorables, una añeja táctica para desalentar a los electores de la tendencia revolucionaria.
Claro, las filas de la izquierda saben lo que está en juego y han realizado emotivos y gigantescos actos de campaña a lo largo de todo el país. La bandera para los comicios ha sido el apoyo a la lucha contra la especulación, la usura, el robo y la corrupción, que ha encabezado diariamente el Presidente del país.
Además, han colocado como candidatos a figuras reconocidas más allá de la política: el pelotero Magglio Ordoñez en el municipio Sotillo (Anzoátegui); el Doctor en Filosofía Política, escritor y conductor de TV, Miguel Ángel Pérez Pirela, en la inmensa Maracaibo; la politóloga y campeona sudamericana de levantamiento de pesas María Alejandra Castillo en Libertador (Mérida); los generales Luis Bohorquez (en Iribarren, Barquisimeto, estado de Lara) y Carlos Alcalá Cordones en Vargas; el Licenciado en Educación y en Administración, Miguel Flores, en Valencia; y el profesor y ex embajador en Cuba, Edgardo Ramírez, en Barinas. Prueba de que el GPP sí es un gran abanico.
Y, citando figuras y nombres, la disputa por Maracaibo —otra de las «joyas electorales» de este 8-D— también ha generado atenciones en la nación. Pérez Pirela enfrenta, entre otros rivales, a Eveling Trejo de Rosales, actual alcaldesa de la ciudad y esposa del ex gobernador de Zulia y ex candidato presidencial (2006), Manuel Rosales, prófugo en Perú. En la campaña, el conductor de televisión ha prometido eliminar la basura que embaraza la urbe, mejorar las deterioradas calles y gobernar con el pueblo; la noticia es que esta lid —que se avizora reñida— puede ganarla.
Lealtad y lecciones
Las elecciones de este domingo, para las que están convocados unos 19 millones de venezolanos y 218 135 extranjeros con más de diez años de residencia en el país, tienen enorme importancia por todo lo expuesto y porque es en la localidad donde aterriza en realidad la política. Además, se realizan en medio de una situación económica compleja, en la cual, pese a la gran ofensiva revolucionaria, muchos productos bajados de precio por la presión gubernamental siguen valiendo más que a mitad de año y otros escasean de vez en cuando, ya por el intencionado desabastecimiento de la cúpula empresarial o ya por excesivos niveles de consumo.
Los comicios se celebran en una fecha especial, a un año justo de la última y estremecedora proclama del Gigante venezolano del siglo XXI; por eso el Gobierno la ha decretado el Día de la lealtad a Hugo Chávez, de lo que se ha quejado la oposición.
El sufragio no se pronostica tan concurrido como en las últimas dos presidenciales. Muchas personas estarán más ocupadas con los menesteres que implican la Navidad y con las habituales gestiones para comprar alimentos, o son más dadas a concurrir a las votaciones para elegir al Jefe de Estado. De todos modos, las consabidas encuestas señalan que en muchos municipios pudieran llegar a un insólito 70 por ciento, algo que está por ver.
Pero los dos principales grupos políticos siguen convocando a sus partidarios a votar y no solo mediante bocinas instaladas en autos. En cualquier caso, cada uno tendrá que hacer lecturas profundas de los resultados de cara al futuro, que seguirá siendo de confrontación. Los bolivarianos, especialmente, deberán seguir trabajando en la conciencia de algunos sectores pobres y de medios ingresos, que contra toda lógica no sufragan por la Revolución. Y la izquierda necesita encarecidamente robustecerse, crecer mucho más.
Participación en las últimas elecciones para alcaldías (Fuente: OCR Consultores)
Año Porcentaje de participación
2000 56,63
2004 45,73
2008 65,45