GUANAJUATO, México, marzo 25.— La violencia en México es uno de los temas que sobresale hoy en la visita del papa Benedicto XVI, quien se reunió aquí con víctimas de ese flagelo.
La conversación se efectuó anoche en la ciudad de Guanajuato (capital del estado del mismo nombre, en el centro del país), por iniciativa del presidente Felipe Calderón, según un comunicado de prensa de la Presidencia.
El Obispo de Roma intercambió brevemente con varias de las víctimas, entre ellas madres y esposas de militares que perdieron la vida en Ciudad Juárez (Chihuahua) y Durango.
También conversó con Verónica Cavazos, viuda del alcalde de Santiago (Nuevo León), Edelmiro Cavazos, y Norberto Ortega, quien fue secuestrado y liberado con posterioridad.
La lista la integró además una madre de Michoacán que perdió a cuatro hijos por acciones de la delincuencia organizada.
Antes, durante la reunión privada de Benedicto XVI y Calderón, se abordaron los desafíos que enfrenta el mundo como el cambio climático y sus efectos, la seguridad alimentaria y la lucha contra el hambre.
Ambos dignatarios aludieron el deseo de avanzar hacia el desarme nuclear y la necesidad de lograr un tratado internacional sobre el comercio de armas pequeñas y ligeras, toda vez que su proliferación ha favorecido la acción criminal de la delincuencia organizada (se reportan más de 50 mil muertes en seis años).
Luego, desde uno de los balcones de la casa del Conde Rul que sirvió de sede al encuentro, el Sumo Pontífice bendijo a una entusiasta multitud, integrada en su mayoría por niños y jóvenes, concentrados en la Plaza de la Paz.
En sus palabras, el Papa dijo que los mexicanos ocupan un lugar muy importante en su corazón e hizo votos porque este sea un país de paz y armonía y dijo que con el amor de Cristo se pude cambiar el mundo.
La visita del Santo Padre tiene un doble carácter: oficial, como jefe de Estado de Ciudad del Vaticano, y pastoral. Las relaciones diplomáticas entre México y la Santa Sede se basan en la premisa de la separación constitucional entre la Iglesia y el Estado, que se estableció el 21 de septiembre de 1992.
Para este domingo se esperan más de 700 mil personas en la misa multitudinaria que oficiará el Pontífice. Unos 300 mil mexicanos recibieron boletos de entrada a través de las 91 diócesis de la nación. México, un país con más de 112 millones de habitantes, cuenta con 93 millones de católicos.