EL CAIRO, febrero 12.— Los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe (LA) acordaron hoy cortar toda relación diplomática con Siria, además de solicitar a la ONU crear una fuerza conjunta de observación para supuestamente proteger a civiles. En una decisión previsible que acentúa la actitud hostil a Damasco, el bloque de 21 naciones (Siria está suspendida) decidió parar todo trato diplomático con representantes del gobierno sirio, aunque en principio sin pedir la expulsión de embajadores de sus países, publicó PL.
Si bien la medida no llegó al extremo de las monarquías del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico, así como de Túnez y Libia, que decidieron expulsar de sus capitales a los jefes de legaciones sirias, la decisión complica los nexos con el gobierno de Bashar Al-Assad. Paralelo a esa medida, la LA adoptó una resolución que pide al Consejo de Seguridad de la ONU crear una fuerza de paz conjunta para monitorear la situación en Siria, y aceptó la dimisión del jefe de la anterior misión de verificación, el sudanés Mohamed Ahmed Al-Dabi.
La reunión extraordinaria de los jefes de la diplomacia árabe, realizada este domingo en El Cairo, también se pronunció por cancelar la anterior misión de verificación que llegó a desplegar 165 expertos en Siria, y cuya labor fue suspendida abruptamente a finales de enero. La LA acordó aumentar las sanciones económicas y brindar apoyo político y financiero a la oposición siria, aunque por el momento evitó hacer un reconocimiento tácito del denominado Consejo Nacional Sirio.
Fuentes de la LA habían confirmado poco antes del comunicado final del encuentro, que el general sudanés Al-Dabi había dimitido como jefe de la misión de observadores en evidente desacuerdo con la valoración de la entidad sobre un reciente informe. El secretario general de la organización, Nabil El-Arabi, junto a los gobiernos de Arabia Saudita y los demás del CCG desestimaron la apreciación de los veedores sobre la situación en Siria, que consideró a la oposición armada co-responsable de la violencia.
El-Arabi recomendó designar al excanciller jordano y enviado especial de la ONU para Libia, Abdel Ilah Al-Khatib, para reemplazar a Al-Dabi, quien había reconocido el mes pasado que el gobierno sirio cumplió muchos de los compromisos asumidos en el protocolo de la LA. Los nuevos pasos de la LA se producen después del revés sufrido en la ONU por el veto de Rusia y China a una resolución condenatoria del gobierno de Al-Assad, y que presentó Marruecos, pero promovieron las potencias occidentales, en particular Estados Unidos.
Fuentes aquí indicaron que los cancilleres árabes sostuvieron intensas conversaciones con Moscú y Beijing con el propósito de persuadir a sus gobiernos de que convenzan a Al-Assad de aceptar a los futuros supervisores.