20
Activistas exigen un acuerdo para frenar el cambio climático. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 05:15 pm
DURBAN, Sudáfrica, diciembre 6.— El segmento de alto nivel de la XVII Cumbre de la ONU sobre cambio climático (COP17), escuchó este martes enérgicos llamados a los países industrializados a asumir sus responsabilidades y exhortaciones dramáticas como la de los pequeños Estados insulares, cuyos representantes recordaron que es urgente tomar decisiones para salvar al mundo.
Cuando permanece en suspenso el pedido de un segundo período del Protocolo de Kioto a punto de su vencimiento el año que viene, y tampoco hay luz sobre el futuro del llamado Fondo Verde, el presidente anfitrión, Jacob Zuma, recordó que los países desarrollados deben asumir el rol que les toca como los máximos contaminantes del planeta, y promover soluciones a las negociaciones que tienen lugar aquí, reportó PL.
Zuma afirmó que para su crecimiento económico, las naciones ricas enviaron a la atmósfera un alto nivel de emisiones y es lógico que los países en desarrollo reciban una compensación por ello. Los subdesarrollados «necesitan un espacio medioambiental, desarrollarse y eliminar la pobreza», indicó, y reconoció que en esta cita, que concluye el viernes, siguen existiendo diversas posiciones sobre aspectos críticos.
También se escuchó la voz de la Alianza de los Pequeños Estados Insulares (AOSIS), al expresar su preocupación por el curso de las negociaciones y la urgencia de tomar decisiones para salvar al mundo.
«El tiempo apremia, nuestra tarea nunca ha sido más urgente», expresó el ministro de Relaciones Exteriores de Granada, Karl Hood, en nombre del bloque. En una imagen estremecedora sobre el entrampamiento de las negociaciones, el diplomático dijo que los 43 países de la AOSIS no vinieron a Durban para negociar el fin de su existencia, y advirtió que eso ocurrirá si aceptan algunas de las propuestas existentes en la mesa, como la no adopción del segundo período de compromisos del Protocolo.
También, el Grupo de 77 más China, presidido por Argentina, que acoge a 130 países en desarrollo, reclamó acciones firmes de los industrializados.
