Hillary Rodham Clinton, Secretaria de Estado de los Estados Unidos de América. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:06 pm
Aunque la secretaria de Estado de Estados Unidos se haya declarado fan de Felipe Calderón en su más reciente visita a México, en Guanajuato, el 24 de enero; aunque las palmadas que ha recibido el mandatario mexicano de la jefa de la diplomacia estadounidense en cada uno de los tres encuentros que han tenido ambos en los años recientes son más enfáticas que protocolarias, el presidente de México no se salvó de un riguroso escrutinio sobre su personalidad, su capacidad de manejar la tensión y su forma de relacionarse con su entorno más cercano, ordenado desde Washington por la mismísima Clinton.
Es el cable 09STATE124636, enviado a la embajada de Estados Unidos en México directamente de la oficina de la secretaria con fecha 4 de diciembre de 2009. Está clasificado como "secreto" y "de uso estrictamente interno" (noforn). Refleja que en las altas esferas del gobierno estadounidense preocupa el perfil de Calderón. Pide, por tanto, a los diplomáticos que están relacionados directamente con Los Pinos que envíen un detallado reporte «que permita a los centros de decisión en Washington conocer y valorar» más de cerca «cómo están afectando la personalidad y la capacidad de gobernar» del mandatario mexicano los acontecimientos recientes: «la guerra del narcotráfico, el colapso económico y las derrotas de su partido en las elecciones intermedias».
El despacho acusa recibo de un cable de referencia sobre el mismo tema recibido anteriormente y solicita que la respuesta al interrogatorio que se ordena sea enviada con una clave distinta: C-AL9-02352.
El interrogatorio parece ser una herramienta de medición sicológica. Primera pregunta: «¿Cómo reacciona el presidente Calderón a puntos de vista distintos de los propios? ¿Le gusta entablar una discusión con personas que no están de acuerdo con él? ¿Prefiere escuchar puntos de vista divergentes, reflexionar un momento y después responder? ¿Se rodea con personas con puntos de vista diversos o prefiere colaboradores obsecuentes (yes men)?»
Segunda: «¿Cómo describiría el estilo de gobernar de Calderón? ¿Es un hombre de ideas o un microadministrador? ¿Cómo afecta su estilo de gobernar a las personas que trabajan con él?»
Tercera: «¿Cómo describe la personalidad de Calderón? ¿Cuáles son los valores, creencias, comportamientos que más respeta y valora en los demás (honestidad, lealtad, respeto…)?»
Cuarta: «¿Qué planes tiene Calderón para lo que le resta de su administración en términos de seguridad, economía, PAN, relación con el PRI?»
El cable también incluye un interrogatorio para describir las actitudes y capacidades de los miembros del gabinete, en particular los de los secretarios de las áreas de seguridad y economía. Pregunta directamente «qué tan fuerte es la relación laboral» entre estos funcionarios. «¿Se llevan bien, hay rivalidades, se han tejido amistades?», quiere saber Hillary Clinton del gabinete mexicano.
También indaga si estas relaciones afectan y permean la cadena del personal que trabaja con cada uno de los miembros del gabinete. En particular se interesa por saber «si el estrés laboral afecta a cualquiera de los miembros de los gabinetes de seguridad o de economía. ¿Ha afectado su salud? ¿De qué forma? Estos funcionarios, ¿cómo están manejando las tensiones en su trabajo?»
El fan incógnito
Nueve meses antes el Departamento de Estado aparentemente no albergaba estas dudas, o las disimulaba muy bien. Hay otro cable -el 09PARTO40301-, redactado por la delegación que acompañó a la secretaria Clinton a una visita oficial a México en la primavera de ese año. Era su primer viaje como jefa de la diplomacia e incluyó visita a Los Pinos, a la Basílica de Guadalupe, a Bellas Artes y una escala en Monterrey.
El despacho refiere una "extremadamente cordial" conversación entre Clinton y Calderón, programada para durar 15 protocolarios minutos.
Dice el cable: «Los colaboradores de Calderón intentaron en varias ocasiones interrumpir la animada conversación, pero él les hizo señales una y otra vez de que se mantuvieran alejados. Al final el encuentro duró una hora y 45 minutos».
La plática incluyó una anécdota de cuando Calderón, siendo presidente del PAN y después de haber perdido la elección para gobernador de Michoacán, asistió al Foro Económico Mundial de Davos. Hillary Clinton era oradora en una de las conferencias. El presidente «le confesó a la secretaria que siempre la ha admirado y que en esa conferencia le hizo una pregunta por escrito que fue: ¿ha considerado postularse para la presidencia de Estados Unidos?». El cable agrega: «La secretaria se mostró complacida». En ese encuentro Calderón también dijo que «él y el presidente Obama tenían mucho en común».
Tomado de Cubadebate