Ecuador vuelve a la normalidad, pero quedan las huellas de balas que pudieron haber cambiado su rumbo. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 05:02 pm
Quito, octubre 1.— Ecuador amaneció este viernes en calma luego de los dramáticos sucesos de la víspera —cuando una intentona golpista protagonizada por grupos de la policía secuestró al presidente Rafael Correa— y se mantenía vigente el estado de excepción, que durará hasta el próximo lunes.
No obstante, el Palacio de Carondelet estaba rodeado de una fuerte presencia militar y de ciudadanos seguidores de Correa que se mantenían presentes para patentizarle su apoyo. Uniformados también custodiaban las calles, reportaron en la mañana diversos despachos, pocas horas después de la jornada emotiva que constituyó el rescate de Correa y su retorno a la sede del Gobierno, aclamada por una multitud que durante todo el jueves demandó su regreso.
El estado de excepción, recordó Telesur, establece entre otras cosas que unos 300 miembros de las Fuerzas Armadas de la nación sudamericana serán los encargados de mantener el orden y la seguridad interna y externa en todo el territorio. La televisora apuntó que el principal objetivo del Gobierno es la integridad de la población y de los funcionarios de la administración.
Mientras, diversas organizaciones sociales habían convocado a una nueva concentración este viernes, para confirmar su respaldo al mandatario.
Una de las consecuencias más inmediatas del intento golpista fue la renuncia del Comandante del cuerpo policial, Freddy López, quien al dimitir argumentó que no pudo controlar la revuelta, y fue sustituido por el general Florencio Ruiz, de manera provisional.
También trascendieron las declaraciones del fiscal general de la República, Washington Pesántez, quien anunció que se investigará para identificar a los promotores de la sublevación así como a quienes atentaron contra la vida del Presidente.
«La Fiscalía ha iniciado las acciones legales y penales contra quienes promovieron estos actos (…) Advertimos a los sublevados en contra del orden constituido y que atentaron contra el mandatario con el delito de secuestro o plagio, que serán sancionados conforme lo establece el Código Penal», afirmó el Fiscal, quien también apuntó que «no se trató de una legítima reclamación salarial, sino de un claro ejemplo de conspiración», apuntó EFE.
A propósito, el ex presidente Lucio Gutiérrez, una de las figuras identificadas por el propio Correa detrás de la manipulación de que fue objeto la policía en torno a la Ley de Servicio Civil y los supuestos perjuicios que les ocasionaría —desmentidos por el Presidente— intentó desmarcarse de los hechos. Desde Brasil, lugar desde donde llamó, en medio del intento golpista, a elecciones adelantadas en Ecuador, Gutiérrez declaraba ahora a EFE que «no tuvo nada que ver» con los hechos.
Por otra parte, Fernando Gandarillas, portavoz de la Cruz Roja Ecuatoriana, confirmó a la agencia la muerte de dos agentes en las inmediaciones del hospital policial donde Correa estuvo retenido, durante la acción de rescate.
El propio mandatario también dijo que hubo 27 heridos entre los efectivos que estaban de su lado, incluido un miembro de su escolta. Según el diario El Comercio, el total de muertes ascendió a cinco y los heridos a 193.
Como evidencia del intento de asesinar al Jefe de Estado se constató que había huellas de balas en la camioneta todoterreno, a bordo de la cual fue sacado Correa del hospital policial y trasladado a Carondelet ileso, gracias al blindaje especial del vehículo, que salió del lugar en medio de una balacera entre los militares y los policías insubordinados, recordó Reuters al citar a la Agencia Pública de Noticias (ANDES).
«Se quiso atentar contra la vida del presidente Correa», notificó la fuente.
También este viernes los cancilleres de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) llegaron a Quito para ratificar el respaldo a Rafael Correa luego de que, en la madrugada, los presidentes de los países miembros, reunidos en Buenos Aires, expresaran su rechazo a la intentona golpista y la necesidad de que esas acciones no quedaran en la impunidad.
En un documento, los mandatarios afirmaron que rechazan y «no tolerarán, bajo ningún concepto, cualquier nuevo desafío al poder civil legítimamente elegido».
Luego de su arribo a la capital ecuatoriana, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, informó que UNASUR elabora un estatuto contra intentos o golpes de Estado denominado «Cláusula democrática», donde se tomarán una serie de acciones contra quienes promuevan la desestabilización del orden democrático de un país de la región.
Donde haya intento o golpe de Estado se establecerá «el cierre de fronteras, comercios, transacciones financieras, cierre de vuelos comerciales, es decir, un conjunto de sanciones para que ninguno de los golpistas intente huir a los países vecinos y pueda ser capturado», explicó Maduro citado por Telesur.
La declaración tiene como finalidad cerrarle las puertas a cualquier intento de golpe para que no haya impunidad sino castigo para los protagonistas, aseveró.