Según estimaciones de Naciones Unidas, el número de afectados por el sismo, de 7,0 grados en la escala de Richter, puede superar los tres millones de personas, en el país más pobre de América. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 04:53 pm
La población de la capital de Haití vive este jueves una segunda jornada de angustia, en medio del caos y la desolación provocados por el terremoto que el martes derrumbó gran parte de la ciudad, reportó PL.
La magnitud de la tragedia, aún sin evaluar con precisión, supera la capacidad de las autoridades de esta empobrecida nación, reconoció el primer ministro, Jean Max-Berllerive, en declaraciones a la prensa.
Carecemos de respuesta ante un hecho como este, dijo Max-Berllerive, al asegurar que el país depende de la ayuda internacional para poder enfrentar el desastre, cuyo número de muertos, vaticinó, podría superar los 100 mil.
Los países de la región y de otras partes del mundo, así como organizaciones internacionales, anunciaron desde la noche del martes último la movilización de recursos de emergencia para ayudar a las víctimas de la catástrofe.
Los primeros equipos de auxilio y cargamentos con ayuda comenzaron a llegar a la capital haitiana desde ayer miércoles procedentes de Brasil, Cuba, Estados Unidos y la vecina República Dominicana.
Según estimaciones de Naciones Unidas, el número de afectados por el sismo, de 7,0 grados en la escala de Richter, puede superar los tres millones de personas, en el país más pobre de América.
El Primer Ministro apuntó que una de las razones del elevado número de víctimas fatales es precisamente el alto nivel de pobreza, que obliga a muchas familias a vivir en casas precarias y en un gran hacinamiento.
No obstante, la fuerza del sismo destruyó incluso edificaciones que podrían considerarse seguras, o al menos con buen mantenimiento, entre ellas el Palacio de Gobierno, la catedral, hoteles y varias sedes de ministerios.
Durante la noche y la madrugada, una cantidad imprecisa de personas pasó las horas a la intemperie, mientras otra cifra impredecible permanece atrapada entre los escombros a la espera angustiosa de auxilio.
El propio presidente de la República, René Preval, reconoció la víspera a una televisora norteamericana no tener donde dormir anoche. Su residencia también fue severamente dañada.
Preval calificó como inimaginable la situación que sufre Haití por el terremoto y estimó entre 30 mil y 50 mil el número de víctimas mortales, cifras que reconoció haber escuchado.
Algunos hospitales se derrumbaron y otros están llenos, dijo el Presidente, y aseguró que la primera necesidad del país es limpiar las calles de cadáveres y atender a los heridos.