El esposo de Benazir, Asif Ali Zardari (derecha) y su hijo Bilawal (centro) oran ante la tumba. Foto: AP
Ghari Khuda Baksh, Paquistán, diciembre 28.— La ex primera ministra paquistaní, Benazir Bhutto, asesinada el jueves en un atentado terrorista, fue enterrada el viernes en medio de violentos disturbios y duras críticas de la oposición al gobierno, que culpó del atentado a la red terrorista Al Qaeda, reportó AFP.
Bhutto falleció a los 54 años junto a otras 20 personas en un ataque suicida en Rawalpindi, un suburbio de Islamabad en el que acababa de participar en un mitin de su partido, el Partido del Pueblo de Paquistán (PPP).
Según el Ministerio de Interior, la política murió al golpearse violentamente contra el techo de su vehículo en el momento de la fuerte explosión.
«Se golpeó con una palanca cerca del oído derecho y se fracturó el cráneo. No se encontraron heridas de bala o de esquirla», aseguró Javed Cheema, portavoz de Interior, quien explicó que si Bhutto no se hubiera asomado para saludar a la multitud, estaría viva, como el resto de los ocupantes de su auto blindado.
Por su parte, Faruq Naik, uno de los principales asesores de la dirigente asesinada, dijo que la explicación oficial «no tiene fundamento, es una sarta de mentiras».
Según él, a la ex primera ministra «la alcanzaron dos balas: una en el abdomen y otra en la cabeza. (...) El secretario personal de Bhutto, Naheed Khan, y el responsable del partido, Makhdoom Amin Fahim, estaban en el auto y vieron lo que ocurrió», aseguró.
«El país —añadió— se dirige hacia una guerra civil».
Bhutto, primera mujer en dirigir un país musulmán, reposa en el mausoleo familiar del pueblo de Ghari Khuda Baksh (sur), en el que también está enterrado su padre, el primer ministro Zulfikar Ali Bhutto, derrocado por el ejército en 1977 y posteriormente ahorcado.
Según la agencia española EFE, la televisión paquistaní mostró imágenes de la marcha fúnebre, encabezada por un vehículo que transportaba entre la multitud el ataúd, envuelto en la bandera del PPP. Los tres hijos de Bhutto y su viudo, Asif Ali Zardari, estaban en el cortejo.
Durante la jornada, el Ministerio de Interior reportó que la inteligencia interceptó el viernes una llamada de Baitullah Mehsud, líder de Al Qaeda en Paquistán, en la que asumía la autoría del atentado.
En palabras de Javed Cheema, hay «pruebas irrefutables de que Al Qaeda, sus redes y sus secuaces están intentado desestabilizar Paquistán», una tesis que muchos de los asistentes al funeral se resistieron a creer, y culparon, directa o indirectamente, al gobierno de Musharraf.
Por su parte, el otro líder opositor, Nawaz Sharif, quien también ha recibido amenazas de extremistas, volvió a exigir la renuncia del presidente y aseguró que si el gobierno insiste en celebrar las elecciones —previstas para el 8 de enero— «llevará al país a la destrucción».
La crispación interna en Paquistán ha alcanzado niveles preocupantes. Al menos 38 personas murieron desde el jueves en choques callejeros, sin contar a los fallecidos en el atentado en el que perdió la vida Bhutto.
El viernes la policía paquistaní disparó contra una manifestación convocada en Hyderabad, en el sur del país, e hirió al menos a cinco personas, dijeron fuentes de seguridad, citadas por ANSA.
«Abrimos fuego cuando los manifestantes iniciaron acciones violentas y no respondieron a las órdenes de dispersarse. Cinco de ellos fueron heridos», aseguró la fuente.