Halutz ya se fue, Olmert y Peretz ¿en remojo? Foto: AP TEL AVIV, enero 17.— El jefe del Estado Mayor israelí, Dan Halutz, renunció a su puesto este miércoles, suceso que muchos consideran como un efecto de la fracasada agresión contra el Líbano, y que ha conmocionado al mundo político en Israel.
Según DPA, casi medio año después del final de la guerra, y semanas antes de la publicación de una investigación oficial, Halutz ha asumido las consecuencias del curso que tomó la intervención militar, cuyos objetivos declarados —la liberación de dos soldados capturados y el desarme de Hizbolá— no se consiguieron.
Por el contrario: además de la cifra de 2 000 libaneses muertos, la mayoría de ellos civiles, en la parte israelí perecieron 159 personas, incluyendo 39 no uniformados.
A Halutz se le acusa, entre otras cuestiones, de haber vendido sus acciones en la bolsa inmediatamente antes de que comenzara la agresión contra el Líbano. Asimismo, en 2002, dejó caer una bomba sobre un edificio en que se alojaba un miembro de la resistencia palestina, y dio muerte a mujeres y niños que también se hallaban en el sitio. Interrogado sobre qué sentía al haber lanzado el proyectil, dijo: «Siento una ligera sacudida en el plano de sustentación cuando se quita el cerrojo a la bomba. Acaba un segundo después y eso es todo».
Su renuncia podría ahora tener un efecto dominó en el gobierno israelí, debilitado ya por otros escándalos, pues crece la presión sobre el ministro de Defensa, Amir Peretz (del Partido Laborista) y sobre el propio primer ministro, Ehud Olmert (del Kadima), para que se marchen.
«No se puede responsabilizar a Halutz de todos los fracasos. La cúpula política no está libre de errores», dijo el diputado laborista Ofir Pines-Paz. Mientras, Sahava Gal-On, jefa del partido de izquierda Meretz, exigió más renuncias.
A Peretz se le achaca escasa experiencia en cuestiones de seguridad nacional, y Olmert recibe críticas desde ese y otro frente. Horas antes de la retirada de Halutz, la Fiscalía General del Estado inició investigaciones por sospecha de corrupción, que involucran al Primer Ministro.
Sobre Olmert pesa la acusación de que influyó ilegalmente, siendo ministro de Finanzas, en la privatización de un banco, para favorecer a empresarios que conocía.
Entretanto, en Beirut miles de libaneses se reunieron para celebrar la renuncia de Halutz y lanzaron fuegos artificiales por la ocasión.